Capítulo 1: Odio las tunicas (y tal vez no a Snape esta vez)

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Estaba cayendo, fuerte y rápido. La imagen ardía detrás de mis párpados. Una débil silueta de un Harry gritando contenido por un Remus manchado de lágrimas e igual de molesto. La escena se pintaba como si se mirara a través de una lámina de agua. Siempre era mi maldita imprudencia la que hacía daño a las personas que más quería. ¿Cómo pude dejarlos? Por fin libre y voy y lo estropeo todo. La caída fue larga, el pequeño trozo de luz por el que caí fue desapareciendo. Nunca me gustó la oscuridad, sobre todo después de las noches de insomnio en Azkaban. Dejé que las criaturas oscuras me llevaran a otro lugar, que se pareciera al sueño.

Aterricé. Rebotando sobre las sábanas verdes y plateadas en un lugar que una vez llamé mi temido hogar. Era un lugar que atormentaba cada rincón de mi ser, pero estaba vivo. ¿Por qué estaba de nuevo en Grimmauld Place? y ¿por qué no era tan asquerosamente Gryffindor, con las fotos de chicas muggles desnudas y motos? Dejé las sábanas de seda pegadas a mi piel cubierta de sudor y me dirigí al baño.

Lo primero que me encontré fue mi reflejo. Estudié cada centímetro de mi nuevo cuerpo. ¿Qué había pasado? Volvía a ser un niño de 11 años. Mis ojos estaban sorprendentemente despejados, tal vez incluso con un sutil brillo. Examiné mi cabello, ya no caía en mechones pesados, era sedoso, suave, y caía en ondas regias rodeando mi rostro infantil. Un rostro que maduraría maravillosamente. Mi nariz conservaba su figura aristocrática y mis ojos el sorprendente gris plateado que recordaba, cubiertos por gruesas pestañas oscuras. Volví a examinar mi escuálido cuerpo de once años. Con la piel tersa y sin imperfecciones, volví a mi rostro arqueando una ceja y esbozando una sutil sonrisa. Sabía exactamente dónde estaba y cuándo. Era la noche antes de ir a Hogwarts. Hoy era la víspera del día en que los merodeadores se reunieron por primera vez, y sentí que la esperanza crecía por primera vez en mucho tiempo.

Me sobresalté al ver que mi hermano llamaba a la puerta. Decidí que, con la oportunidad de una segunda oportunidad con él, la aprovecharía, me haría amigo de él y sería el hermano que debería haber sido. Sus ojos, tan parecidos a los míos, brillaban con lágrimas mientras hablaba.

"Sirius no puedes dejarme. ¿Quién detendrá a mamá y a papá? ¿Con quién jugaré? ¿Y si no te agrado cuando vuelvas?"

Detuve sus preguntas con una mirada, afortunadamente llena de calidez.

"Nunca, y quiero decir nunca, dejarás de agradarme. Reg, pronto estarás en Hogwarts conmigo y seremos imparables..." Me interrumpió mi madre gritando.

"¡Sirius! ¡Regulus! Si no están aquí abajo con el baúl de Sirius, subiré y se arrepentirán".

Mis ojos debieron de brillar de miedo porque Reg cogió un lado de mi baúl y me hizo un gesto para que cogiera el otro. Juntos lo llevamos hasta donde esperaba mi madre. Lo encogió y se lo guardó en el bolsillo mientras se dirigía a la chimenea y hablaba con claridad "andén 9 3/4" estallando en llamas verdes. Le di un rápido abrazo a Reg y le prometí que le mandaría un búho mientras copiaba los movimientos de mi madre.

Lo siguiente que vi fue el Expreso de Hogwarts en todo su esplendor y un James saltando que se despedía de sus padres y entraba corriendo en el tren. Eso sí que me puso en perspectiva, fue la primera vez que me di cuenta de que había vuelto. Iba a tener que ver a Peter, a un joven hombre lobo Remus sin el acónito y a James. Merlín, James, Cornamenta estaba vivo. Mis pensamientos fueron interrumpidos por mi madre que me empujaba hacia el tren y me entregaba mi baúl, restaurado a su tamaño real. Entré en el tren, mis pies me llevaron al emblemático compartimento de los merodeadores. James estaba sentado saludando a sus padres con una calidez que envidiaba de niño. Al otro lado estaba sentada una Lily Evans manchada de lágrimas que también saludaba a sus padres, y un joven Severus Snape sentado a su lado con la nariz metida en un libro.

"Oye, te importa si me siento contigo, soy de primer año, me llamo Sirius".

Snape y Lily se limitaron a mirarlo, James fue el único que dijo algo. Sonrió y dijo "Hola Sirius, soy James, por supuesto puedes sentarte en este compartimiento"

Nuestras miradas chocaron y supe que ya éramos mejores amigos en la cabeza de James. Empezamos a hablar ignorando a Snape y a Lily, aunque me dolía ver a Lily sentada allí, tan viva.

Como originalmente era, nos metimos en el tema de la clasificación de la casa.

Le dije a James "Toda mi familia ha estado en Slytherin"

"Caray dijo James "Y me parecía que estabas bien"

Sonreí. "Quizá rompa la tradición. ¿A dónde quisieras ir, si puedes elegir?" James levantó una espada invisible. "¡Gryffindor, donde habitan los valientes de corazón! Como mi padre".

Al igual que la última vez, Snape se rió y dijo "Sí, si prefieres ser musculoso y sin cerebro"

Lily levantó la vista al oír eso y fulminó a Snape con la mirada. Mientras James tomaba represalias al instante.

"Ah, sí, ¿y dónde te imaginas ir ya que no tienes ninguno?"

La cara de Lily se puso roja por Snape mientras arrastraba a ella y a Snape fuera del compartimento, lanzándonos dagas por los ojos.

Supuse que debía ser un poco más amable sabiendo que, aunque Snape es un imbécil, no es un malvado. Así que elegí mis palabras con cuidado y me dirigí a James "Oye, sé que el tal Snape era un imbécil, pero creo que deberíamos ser un poco amables con él". Vi que la cara de James cambiaba, "Aunque todavía se merece una pequeña broma por eso". Lo añadí como una idea de última hora. Eso hizo reír a James y habló ""Deberíamos planearlo, pero por ahora deberíamos ponernos las túnicas que ya casi llegamos".

Asentí mientras ambos empezábamos a cambiarnos.

Realmente no podía creerlo, estaba de vuelta, con el poder de cambiarlo todo.

Traductora: 

Bienvenidas sean ustedes personas a esta nueva aventura, espero que la disfruten tanto como lo estoy haciendo yo mientras la traduzco, no se olviden de darle mucho amor a la version original en ao3. 

Gracias por leer y votar, los veo en el proximo capitulo. 

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Rose.

Why I Now Hate DraperyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora