Capitulo 8: Halloween y anigamos

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En los días previos a Halloween, James había estado haciendo más y más preguntas sobre oclumancia. También estaba mejorando rápidamente, el muy inteligente. La fiesta de Halloween iba a empezar en 15 minutos y estábamos moviendo juntos los últimos hilos de la broma.

"¿Recuerdas el plan Remus? no puedes romper ese encantamiento. No importa lo que hagas". Dijo James burbujeando de emoción.

"Si James, lo sé, si termino el encantamiento, entonces Sirius no puede transformar esas mesas cuando estén distraídos y tu no podrás asustar a nadie" dijo Remus poniendo una mano en su cabello despeinado.

"¿Listos chicos?" pregunte.

James corrió a las cocinas para empezar a disfrazarse y Remus y yo entramos en el Gran Comedor con normalidad. Una vez que Dumbledore terminó su discurso de feliz Halloween, Remus murmuró un encantamiento en voz baja. Aparecieron unas nubes, no las normales que rodaban por el techo, sino unas formas negras y brumosas. Con un gran trueno, un rayo rojo como la sangre salió disparado de una nube. Y entonces comenzó. El cielo negro se abrió y llovió agua roja. Tan espesa, tan oscura, que parecía sangre. Al instante empezaron los gritos mientras empezaba la segunda parte de la broma.

Murmuré agitando mi varita bajo la túnica, las mesas gimieron, empezaron a romperse y astillarse. Más gritos. Peter incluso salió corriendo del Salón, se iba a perder la mejor parte. Las mesas se doblaron y se agrietaron hasta que formaron un caballo juntas. Esta parte fue toda de Remus, su loca obsesión por la mitología griega impulsó este artilugio del caballo de Troya.

Entonces, llegó el momento de James de brillar. Apareció de lo que parecía el aire de la capa de invisibilidad. Era el jinete sin cabeza. Se puso la varita en la cabeza y creció en proporción con el caballo. Siguieron más gritos al ver el tamaño de James. Su cabeza en la mano estaba ensangrentada y chorreando. Su capa estaba rota y manchada, era totalmente grotesco, y era increíble.

La alterada y profunda voz de James bramó: "¡Temedme! El Gran Jinete". Su voz se agitó y subió de tono: "¡Concederé gran misericordia a todos menos a los Slytherins!" Con cada palabra, su voz se parecía cada vez más a su tono normal.

"¡Mierda Sirius el encanto de la voz no se queda! ¿Qué hacemos?" Preguntó Remus aterrado.

"Corremos. Coge a James y corre". Dije, sonriendo internamente que una vez que esta noche terminara podríamos comenzar la transformación de animago.

Con ese rápido pensamiento, echamos a correr. Rápido y lejos hasta que cogí la mano de Remus y le indiqué a James que me siguiera. Los llevé hasta detrás del gran espejo que había fuera de la biblioteca. Estábamos jadeando y llenos de adrenalina cuando finalmente nos acomodamos detrás de él.

"¡Merlín eso fue fantástico! ¿Has visto sus caras?" dijo James, moviendo su varita para quitarse el disfraz.

"Si, hasta que el maldito encantamiento de la voz dejo de funcionar" gruño Remus, le pegue en la espalda.

"Todavía era brillante. Y mira lo que hemos encontrado". Dije emocionada. Remus se limitó a poner los ojos en blanco sabiendo perfectamente que yo conocía este lugar en el futuro. "¿Sabes qué significa esto James?" James lanzó una mirada interrogativa: "¡Podemos elaborar la poción de animago aquí dentro!". exclamé.

"¿A q...qué te refieres con transformación de animago?" Remus tartamudeó.

"Sabes exactamente lo que quiero decir, sólo estoy acelerando el proceso", dije con un guiño cómplice.

"¿Por qué necesitan convertiros en animagos?" Preguntó Remus.

"¡Para ti Lunático!" exclamó James. Podría haberme puesto a llorar en el acto. James le llamó Lunático por primera vez.

Why I Now Hate DraperyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora