Capítulo 14: Pesadillas y descubrimientos

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Lily

Habían pasado dos semanas. Dos semanas de constantes dolores de cabeza cuando por fin la moví. La pared de piedra cubierta de remolinos de marfil se clavó en lo más profundo de mi mente. Había seguido las indicaciones escritas por Sirius palabra por palabra. Al principio, tardé tres días en explorar mi mente para encontrar la puerta. Cuando finalmente la vi, rompí mi meditación y lloré. Hoy, era el día en que iba a ver a mi animal, mi futura forma de animago.

La puerta estaba agrietada por mi constante bombardeo de golpes corporales. Mientras corría hacia ella, magullado, sudoroso y frustrado, se abrió un pequeño hueco. Me detuve frente a la puerta y alcancé tímidamente el picaporte. En esta parte de la meditación no tenía ninguna orientación. Sirius me dijo que era diferente para cada persona. Algunas personas ven su forma frente a ellas, otras se convierten en su forma, y algunas pocas raras tienen que buscarla más profundamente.

Me adentré en un bosque poco iluminado, cerrando la puerta de piedra tras de mí. Hubo crujidos a ambos lados de mí, pero mantuve la calma. Me sorprendió mi comodidad en el bosque. Olfateé el aire y pude oler el bosque. Era una dulce mezcla de lluvia fresca, corteza de musgo y hierba. Podía oler mucho más, pero había menos color. Empecé a dar pasos, pequeños y aumentando gradualmente el ritmo. Pronto pasé a toda prisa entre los árboles de alrededor. Era estimulante, mi corazón latía con fuerza.

Seguí explorando el bosque hasta que llegué a un estanque. Me paré a beber y vi mi reflejo. Maldita sea. Era una cierva. Mis grandes ojos iluminaban la oscuridad circundante del agua. Mi reflejo en el agua parecía brillar. El reflejo fue interrumpido por una ondulación que atravesaba el agua. Levanté la vista y vi un ciervo. Grande, fuerte, y dando zarpazos al agua, creando ondas. La gran cornamenta alcanzaba algunas de las ramas circundantes. Lo único que hizo fue mirar fijamente, y luego se inclinó. Muy humano, dobló la pata delantera y bajó la cabeza. Asentí con la cabeza y me dirigí hacia el estanque, sin apartar la vista del misterioso ciervo. Tropecé con una raíz y rompí el contacto visual. Cuando por fin me levanté, ya no estaba. Había desaparecido de mi bosque. Sentí que aumentaba mi curiosidad. Miré a mi alrededor en busca del ciervo hasta que oí un golpe. Tan lejos de mi cabeza, sólo podía ser del exterior. Lentamente localicé la puerta de piedra y navegué fuera de mi mente.

Abrí los ojos "¡Oye, friki! Despierta. Mamá quiere que ayudes en el jardín". Petunia gritó desde fuera de mi puerta.

"Okay, dile que bajare en diez minutos" dije sobándome la cabeza.

"¡Díselo tu misma!" grito.

Rodé los ojos y bajé al jardín, mi cabeza punzaba en cada paso.

"Cariño, ¿estás bien? ¿Sigues adormilada?" dijo mi madre preocupada, después de diez minutos de deshierbar.

"Estoy bien, solo estoy algo abrumada" dije.

"¿Es por la escuela de magos? Nosotros podríamos sacarte de allí" mi mamá dijo.

"¡No! Yo amo Hogwarts, solo no he estado durmiendo bien aquí, solía dormir en mi dormitorio con mis compañeras de cuarto" mentí.

"¿Te gustaría irte a recostar? Yo puedo terminar esto sola"

"Eso seria genial, gracias" dije abrazándola.

Me dormí en cuanto mi cabeza tocó la almohada y tuve un sueño, una pesadilla más bien.

"¡Lily, esta aquí!" una voz conocida grito "¡Toma a Harry y corre!"

Podía sentir mi corazón palpitando, el miedo y la adrenalina alimentando cada uno de mis pasos. Estaba sosteniendo a un bebé, uno con mis ojos. Esos ojos eran tan inocentes, tan intactos. Corrí a una habitación y me encerré en ella, colocando al niño en la cuna en el otro extremo de la habitación. Oí un grito y un fuerte golpe. Quienquiera que fuera la voz conocida, estaba muerto.

Esperé. De pie frente a la cuna hasta que la puerta se salió de las bisagras. Voldemort. Entró en la habitación, con los ojos rojos brillando.

"Hazte a un lado". Me ordenó. No obedecí. "Te lo pediré una vez más antes de que mueras, sangre sucia. ¡Apártate o muere!" Rugió.

"¡No! Mátame. ¡Deja al niño ileso!" Le supliqué. Las lágrimas de impotencia llenaron mis ojos, pero me mantuve firme. Vi el verde antes de oír las palabras "¡Avada kedavra!" Mi cuerpo se desplomó en el suelo.

Me desperté cubierta de sudor, temblando. Tenía que escribir a Sirius. Cogí una pluma y algo de tinta y empecé. Desesperada por sacar las palabras,

Querido James y Sirius,

Necesito contarte un sueño que acabo de tener. Estoy aterrada. ¿Es posible que sea una vidente? El sueño tenía una voz familiar que no puedo ubicar. Me decían que llevara a un bebé llamado... ¿Harry? Pienso y corro. Esa persona terminó muriendo y luego Voldemort me mató a mí también. No estoy segura de sí el bebé murió porque me desperté justo después de eso. Estoy muy asustada y de todas formas no he estado durmiendo bien. Llevo un tiempo teniendo sueños extraños, pero este ha sido el más vívido.

Con amor,

Lily

Pd: Ya descubrí mi animal, ¡soy una cierva!

Pd2: también vi un ciervo en mi mente cuando era una cierva. ¿Qué significa eso? ¿Podríamos investigar eso? Gracias.

Terminé de escribir la carta y la envié. Tal vez debería contarle a Sev sobre esto. Él podría saber qué hacer. Como estaba tan cansada decidí enviarle la misma carta, pero sin mencionar lo de los animagos. No esperaba una respuesta pronto y no me arriesgaría a otra pesadilla. En lugar de dormir, saqué mi ejemplar de historia de Hogwarts y me puse a leer. Ese libro era codiciado por mí. Fue el primer libro de descripción del mundo de los magos que leí, y seguía siendo mi favorito. Me acurruqué en un rincón de mi cama y comencé a leer.

Traductora:

Creo que hable muy rapido, dado que lo acabo de manifestar, pero bueno, no queria volver a llorar, pero heme aqui llorando por milecima vez en este año, por la muerte de James. 

¿Que piensan ustedes?

Sin mas que decir, nos vemos en el proximo capitulo.

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Rose.

Why I Now Hate DraperyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora