CAPÍTULO VI

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POV VALENTINA

Desperté y lo primero que vi fueron los rayos del sol entrando por el ventanal de la habitación para que después un dolor de cabeza se encargara de joder todo.

Intenté moverme pero un brazo rodeaba mi cintura y el peso de alguien más estaba recargado en mi espalda. Inmediatamente me tensé pero en un segundo un balde de recuerdos cayó en mí. —La cena, la plática, la cerveza, Juliana es lesbiana, el camino a... ¡JULIANA ES LESBIANA! — recordé la plática en el auto y no pude evitar sentirme tan tonta por las cosas que le dije pero ¿por qué Juliana había dormido en mi habitación? Tal vez las dos estábamos muy borrachas y probablemente decidimos que lo mejor era que se quedara.

Intenté no hacer mucho movimiento y voltearme para quedar frente a Juls sin despertarla. Ahí estaba, dormida tan tranquilamente y se miraba tan bien, como cuando en las películas salen las actrices dormidas y que se miran espectaculares. Me dediqué a observarla, su cabello, sus cejas, sus pestañas, su nariz, sus labios, esa barba partida... No pude evitarlo y comencé de nuevo desde su cabello y cuando llegué a sus labios no pude evitar pensar que de seguro había besado a cientos de mujeres, que tenía unos labios carnosos y con muy bonita forma, de seguro Juliana sabe bes— 

—Hola— dijo Juls y yo inmediatamente me hice para atrás y la miré a los ojos.

— ¡Carajo! —

Juliana esbozó una pequeña sonrisa en sus labios y me preguntó — ¿Cómo te sientes? —

—Bien... Solo que con mucho dolor de cabeza— le dije mientras con mis dedos sobaba mis cienes.

POV JULIANA

—Ayer me prometiste un desayuno espectacular— le dije a Val.

— ¿Cuándo mentirosa? — me contesto riéndose.

—Ayer, justo antes de entrar al hotel ¿no lo recuerdas? — le pregunté. En realidad no me interesaba saber si recordaba lo del desayuno, más bien quería saber si ella recordaba lo poco que habíamos hablado antes de dormir.

Valentina frunció el ceño y me contestó —en realidad no... ni siquiera recuerdo haber llegado al hotel, mucho menos el entrar a la habitación—.

—Bueno... no hay mucho que contar y si te preguntas porque estoy aquí, es porque me pediste que me quedara para no tener que manejar ebria de regreso— le dije de manera cortante aunque sé que no debí.

—No me pregunté porque estabas aquí, no me molesta que hayas dormido aquí si eso es lo que piensas...— me dijo Valentina un poco seria.

—Solo quería aclarar las cosas— contesté mientras me levantaba de la cama acomodándome el cabello y buscando mi calzado.

— ¿Ya te vas? — me preguntó Valentina.

—Sí, ya es tarde... Hace horas debí estar trabajando— dije.

—Oh... Lo siento – dijo Valentina apenada.

Volteé a verla y ella ya estaba de espaldas sentada en la cama mirando su celular y me arrepentí de hablarle tan fría y de ponerme tan intensa sin derecho. Me acerqué a ella por detrás y le dije —Lo siento. Seguramente Lupe va a querer matarme y ya me estoy poniendo de malas solo de pensarlo, no quise hablarte mal... No quiero que pienses mal de mí—.

Valentina volteó a verme a los ojos y me dijo —No pasa nada, Juliana— y al ver esos ojitos azules tan hermosos no pude evitar dejar ir todos aquellos sentimientos negativos que traía dentro.

—Sí pasa— le dije acomodando un mechón de su cabello detrás de su oreja —no se me olvida que me debes el desayuno ¿eh? Pero me tengo que ir a trabajar, tendrás que buscar otro momento para pagármelo— le dije sonriendo.

SEMPITERNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora