CAPÍTULO X

446 41 14
                                    

POV JULIANA

—¡La super cagué, Gerry!— le grité a mi amigo que me miraba con atención.

—¿pero qué fue lo que pasó, wey? ¡Cálmate! ¡Me estas asustando! — dijo mi amigo exaltándose.

Suspiré y me tumbé en uno de los sillones de la sala de Gerry.

—La besé... Nos besamos...— le dije apretando los ojos.

Él se paró frente a mí y gritó — ¡¿Qué?! ¡¿A quién?!—

—A Valentina— dije mientras escondía mi cara entre mis manos.

*FLASH BACK*

Después de haber ido a la empresa de Val y de arreglar nuestros problemas, decidí invitarla a cenar algo hecho por mí. La llevé por primera vez a mi departamento y decidí cocinarle algo que –en realidad ya tenía en mente hacer si ella me aceptaba la disculpa—.

Estuvimos platicando muchísimo y poniéndonos al día de esta semana que estuvimos sin vernos, comenzamos a tomar vino mientras yo le cocinaba y ella estaba sentada recargada en la barra de la cocina.

Valentina conectó su celular al home theater que adornaba mi sala y de vez en cuando ella cortaba nuestra conversación para cantar pedacitos de alguna canción de su playlist, como si no fuera demasiada perfección en una sola persona, ahora descubría que Val cantaba hermoso.

Tengo que aceptarlo, Val sentada en mi cocina, descalza, con las mangas de su blusa arremangadas, tomando vino y cantando era una escena para grabar y guardarla en mi memoria por el resto de mi vida, pero tenía que ser fuerte y decidí centrar toda mi atención en realizarle una cena perfecta.

Un rato después, cenamos la pasta y ensalada que preparé para ambas.

—Mmm— gimió Val —esto estaba deli, Juls— me dijo.

—Todo lo que yo hago es deli, Val— le respondí en medio de una risa.

—Eres una tonta ¿sabías? — dijo Val antes de pararse de su silla y comenzar a caminar hacia la sala de mi departamento.

Val se sentó en el sillón de mi sala y yo decidí sentarme justo a un lado de ella.

—Me da gusto volver a verte... por un momento pensé que ya no sabría nada de ti— me dijo ella mirándome a los ojos.

Sentí mi corazón acelerarse, aunque sabía que no debía emocionarme por cosas tan simples y me limité solo a responderle —también yo— y después le regalé una pequeña sonrisa.

—Perdón— dijo Val provocando que me confundiera un poco —¿perdón por qué? — le pregunté.

Ella bajó su cabeza y desvió su mirada a su copa que sostenía entre sus manos.

—¿Val? — le pregunté, pero ella seguía con la cabeza abajo y sin desviar la mirada del vino, entonces con una mano tomé la copa de entre sus manos y la coloqué junto a la mía en la mesita que se encontraba frente a nosotras y después tomé su barbilla y levanté su cabeza hasta que estuviera a la altura de la mía.

Nos miramos a los ojos por unos segundos y con mi mano comencé a acariciar su mejilla y ante mi tacto ella cerró sus ojos. Sabía que era muy probable que volviera a cagar las cosas, pero yo no podía contenerme si ella me demostraba que también quería lo mismo.

—¿Val? — le susurré nuevamente, pero ella no se movió y por un impulso me acerqué un poco más a ella notando como nuestras respiraciones comenzaban a acelerarse.

—¿Val? — le pregunté nuevamente por medio de un susurro mientras seguía acariciando su mejilla y ella seguía con sus ojos cerrados.

Decidí acércame mucho más hasta que mi nariz y la de ella se tocaron y nuestros alientos comenzaron a chocar uno contra el otro.

SEMPITERNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora