POV VALENTINA
El día de ayer, después del trabajo volví a ir a casa de mis padres pero no pude avanzar mucho, —otro día será— pensé.
En casi toda la semana no he visto a Juliana. Sinceramente sí he estado ocupada con el trabajo pero no tanto como para no poder verla. No lo puedo negar, estos días he deseado verla pero hay un sentimiento dentro de mí que me dice que no es correcto y es por eso que la he evitado.
Estos días Lucho ha seguido insistiendo en querer venir a L.A. a visitarme, aun no estoy segura de si es buena idea pero ya está planeando venir en un par de semanas.
Después de un día ajetreado en la empresa me he desocupado.
—Buenas noches, señorita Valentina— me dijo Alirio abriendo la puerta de la camioneta invitándome a subir.
—Buenas noches, Alirio— le respondí con una sonrisa.
Al estar los dos arriba de la camioneta Alirio me preguntó a donde me dirigía.
—Muero de hambre, me gustaría cenar algo antes de irme a dormir...— le dije mientras miraba por la ventana —Hay demasiado tráfico y movimiento hoy—.
—Hoy es viernes, señorita Valentina. Hoy todos salen del trabajo corriendo a los bares para quitarse el peso de la semana— dijo Alirio viéndome por el retrovisor.
—¿Viernes? No puedo creer como ha pasado esta semana tan rápido...— le contesté.
—Usted también debería relajarse, señorita. Es joven, no debería pasársela trabajando todo el tiempo— me aconsejó Alirio.
Tomé mi celular y miré mis notificaciones, tenia algunos mensajes de mi familia, otros de Lucho y ahí estaban dos mensajes de Juliana. El primer mensaje fue a las 10:00 a.m. y el segundo a las 5:00 p.m. Automáticamente miré la hora y el reloj marcaban las 7:00 p.m.
Juls: Holi.
Juls: Espero que estés bien, Val. No dejes que te coma el trabajo. Espero este fin poder verte, avísame cualquier cosa.
Decidí no responderle aún y le pedí Alirio que me llevara al hotel y que me esperara abajo. Entré a mi habitación y decidí tomar una ducha rápida. Dudé un poco al escoger que ponerme, quería verme bien.
POV JULIANA
En ese momento pero en otra parte de la ciudad...
—Y esa es mi triste historia...— terminé de decirles a mis amigos Gerry, Kiara y Carolina.
—Wey, pero no te gusta según tú— me dijo Kiara alzando una ceja.
—No me gusta, solo... es bonita sí, pero ella es hetero— dije.
—Y ¿desde cuando te limitas porque sean heteros? Igual te las terminas llevando a la cama— me dijo Gerry haciéndonos reír.
—Val y yo apenas nos estamos conociendo, como amigas solamente e igual... llevamos días sin vernos y hoy no me respondió mis mensajes, yo creo que la aburrí— confesé con algo de tristeza.
Justo en ese momento mi celular comenzó a sonar y al ver el nombre de quien llamaba sentí que mi corazón se aceleró y mis ojos se abrieron en sorpresa.
Gerry rápidamente me arrebató el celular y soltó un gritito de emoción al ver de quien se trataba.
—¡OMG! Chicas, creo que los dioses gays nos han ayudado, la hemos invocado—dijo Gerry alzando mi celular mostrándoles la pantalla a Kiara y Caro.
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