Capítulo 22

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Advertencia: el capítulo contiene lemon

El joven barón Ajax, se encontraba en uno de los jardines del palacio real, después de su reunión con el rey, la princesa lo invito a tomar el té y el acepto.

- Gracias por aceptar mi invitación, barón- decía la joven princesa, Ajax quedaba encantando con la belleza de la joven princesa.

- El placer es mío- dijo cortésmente.

- Se que se preguntara,¿Porque no le dije quién era yo?, Bueno esa vez dígamos que me escabulli del palacio, tenía magia que cambiaba mi apariencia, pero parace que usted pudo ver a través de mi disfraz,por lo tanto me preguntó¿ Como lo hizo?- pregunta la princesa Irene.

- Bueno princesa, como sabe, al estar luchando se requiere de mucha práctica al igual que conocimiento y el luchar con magia, también cuenta como conocimiento, por eso, entramos para luchar contra cualquier adversario, por eso princesa pude ver su disfraz desde lejos, como sabe la magia de camuflaje, es muy utiliza en las batallas y también para espionaje- dice el joven Ajax.

- Bueno, siendo así me alegra mucho, pero espero que solo usted pudo ver mi verdadera identidad- dijo la princesa, sonriendo con dulzura.

- Si, no se preocupe princesa, solo mis hombres y yo, conocemos su identidad- dijo Ajax sonriéndole.

- Eso me alegra y espero contar con usted siempre barón- dijo la princesa, Ajax se levantó y tomo su mano para luego besarla.

- Cuente conmigo siempre princesa- dijo Ajax, mirándola a los ojos, los cuales brillaban intensamente.

Con nuestra pareja Charlastor.

Charlie se encontraba en la mansión de la señorita Claudia, ella, organizo está pequeña reunión, como disculpa de lo que ocurrió la última vez, el jardín por suerte pudo repararse por completo, si uno lo mirará ahora no pensaría que allí se desató una batalla contra horribles monstruos, aún así se alegraba por la señorita Claudia, ella tenía un buen corazón, algo raro en las jóvenes aristócratas, al igual que su hermano, la señorita sería un ángel, solo que ellos si le agradaban, si los ángeles olleran sus pensamientos, sin duda alguna los ofendería y ella lamenta que no hagan eso.

- Duquesa, sus padres ¿Ya se fueron?- pregunta la señorita Claudia, las demás también estaban atentas, a lo que dirá Charlie.

- Si, por desgracia ya se fueron y no se cuando van a venir- dijo Charlie, las demás suspiraron con desepcion.

- Que mal, me hubiera gustado verlos otra vez, la próxima vez que vengan y yo tenga un fiesta, dígales que siempre serán bienvenidos- dijo la señorita Claudia, las demás asintieron, dándole la razón.

- Me alegra que diga eso, se lo diré a mis padres, tal vez vengan más seguido- dijo Charlie, Claudia solo asistió.

La conversación siguió, con la misma platica de siempre, con los chismes, modas, amor, la verdad le aburría, pero bueno no podía acercarse a ellas y hablar, de las torturas que se le pueden aplicar a los pecadores, o las ideas para hacer a los humanos pecar, ideas para desaserse de los ángeles, esos temas eran los que le interesaban, aunque últimamente, esos temas eran reemplazados por otros, más candentes y existentes, que podría hacer con aquel culla alma le pertenece, sonrie con picardía, ya quería llegar a casa.

- Duquesa, ¿Como se encuentra su prometido?- dijo una de ellas, las demás dejaron de hablar para prestarle nuevamente su atención a Charlie.

Charlie sonríe, antes todos conocían a Alastor como su protegido, pero desde que ella y el estuvieran juntos, todas lo conocen como si prometido, cuando lo descubrió se sorprendió mucho, pues ella no había hecho nada, no era necesario saber quién fue, por que ella ya lo sabía.

- El se encuentra muy bien, debo decir que los dos nos llevamos bien- dijo Charlie, sonriendo dulcemente y con un poco de rubor, lo cual hizo suspirar a todas las damas presentes.

- Yo quisiera a alguien como su prometido duquesa- dijo una de ellas, abanicandose con su abanico.

- Yo también- dijo otra y así continuaron, estuvieron hablando un rato más, cuando una de ellas, noto a Alastor asercandose y dijo:

- Duquesa, su prometido está aquí- dijo, Charlie volteo encontrándose con Alastor, el la miro y sonrio, beso su mano y se dirigió a las demás.

- Mil disculpas, por interrumpir su reunión, pero no puedo estar lejos de my dear- dijo se dirigió hacia Claudia e hizo una reverencia- espero que no le importe que me robe a mi prometida- dijo Alastor, todas se sonrojaron y abrieron sus abanicos.

- Si, no se preocupe por nada- dijo la señorita Claudia, quién también se encontraba sonrojada.

- Si nos disulpan- dijeron al unísono, tanto Alastor como Charlie, con una reverencia se marcharon del lugar, las demás sólo los observaban, viendo la gran pareja que hacían, suspiraron por últimas vez para después seguir con su plática.

Alastor acorraló a Charlie en una pared, aún se encontraban en la mansión del barón.

- No puedes esperar hasta llegar a casa- dijo Charlie, sientiendo las manos de Alastor, subiendo por su pierna y sus labios besando su cuello.

- La verdad no, ¿Quién podría contenerse al tener a una bella mujer como tú en frente?- dijo Alastor, Charlie solo se rindió y beso a Alastor, un beso que poco a poco iba subiendo su intensidad, estar en los jardines en lugar público, donde cualquiera podría verlos, solo aumentaba su placer, Alastor subió una de sus manos, había el corpiño de su vestido, para bajarlo dejando espuestos sus pechos, los cuales fueron cubiertos con una de sus manos, con  dos dedos pellizcaba su pezón, haciendo a Charlie gemir de placer, ella no se quedó atras, su mano bajo, hasta la entrepierna de Alastor, la cual acarició por sobre la ropa, para después tocarlo sin restricción alguna,  el gimió al sentir su delicada mano, en esa parte de su cuerpo,  mirándose a los ojos, beso sus labios, mientras sus manos aún estaban en su pecho y entrepierna, respectivamente, la mano de Charlie, aceleró su ritmo, Alastor para no quedarse atrás, con su otra mano, caricio la intimidad de Charlie, metiendo dos dedos en su interior, ella gimió y aceleró sus caricias siendo imitada por Alastor, hasta que ambos al mismo tiempo, llegaron a su máximo placer, ambos les costaba respirar, sudorosos, sonrojados y sus corazones latiendo muy rápido. Aún no se encontraban satisfechos, Alastor giro a Charlie, dejando a ella con las manos en la pared, mirando a esta, Alastor subió su falda, quedando ella totalmente expuesta a la vista de Alastor, el saco su miembro y de una envestida se encontraba disfrutando la valides de Charlie, ella gimió fuerte al sentir al intruso dentro de ella, Alastor empezó a moverse, cada vez que la envestia, llegaba más y más profundo, ella no paraba de gemir y Alastor también la acompañaba, pasaba el tiempo y las envistadas iban más rápido y profundo, los dos gemían muy fuerte, al parecer se olvidaron en donde se encontraban, los dos llegaron al clímax al mismo tiempo, al acabar los dos intentan recuperar su respiración, Alastor salió de Charlie y ella giró.

- Fue asombroso,¿Cambiamos el escenario?- dijo Charlie, envolviendo su brazos alrededor de Alastor, el le sonrió, agarró sus piernas y la alzó, ella envolvió sus piernas alrededor de sus caderas.

- Claro que sí, my dear- dijo, para luego aparecer en el dormitorio de Charlie.

- Ahora si, ¿Listo Al?- dijo Charlie, quien ya se encontraba desnuda y aún estaba en los brazos de Alastor.

Alastor, quién también se encontraba desnudo, miraba los hermosos ojos rojos de Charlie y de nuevo, entro en ella de una sola vez, haciéndola a ella gemir.

- Claro, my dear- dijo para luego depositarla en la cama.

Mi Demonio Charlastor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora