Había sido en un ataque de furia, de dolor y de odio contra sí mismo, lo reconocía, y se avergonzaba del hecho, sobre todo al sentir la tristeza en la mirada de Mew cuando notó la falta de su cabello.
—Crecerá, cariño, ni te darás cuenta cuando volverás a tener tu hermosa melena y todo esto será un mal rato.
—Gracias, Mai —murmuró, sabiendo que eso la complacería, también el intento de sonrisa que la acompañaba— ¿Tienes todo listo?
—Todo, sólo falta que venga Bright con tus maletas y podremos partir, pero tenemos tiempo.
El avión que los llevaría a Taiwán partiría en unas horas y dejar el país por los próximos tres meses había sido un gran esfuerzo. Pero reconocía que lo necesitaba, luego de trabajar durante año y medio en su academia, sin descanso, sabía que podía confiar en Fluke para administrarla, después de todo sólo serían tres meses y ya no había nada más que lo tentara a permanecer en New York.
Escuchó el timbre del departamento de Mai y la vio correr hacia la entrada, pareciendo tan alegre como siempre, su querida amiga. No había sido fácil para ella entender que no necesitaba escuchar sus "te lo dije", pero había logrado estar a su lado sin hacer preguntas, sin recibir críticas, solamente permitirle vivir su dolor e intentar continuar.
—¡Tienes que sonreír! —exclamó Bright, mostrándole el abrigo donde Gulf acomodó los brazos, cerrando los lazos y obligándose a obedecer.
No siempre era fácil sonreír, pasar de un "estaré toda la vida a tu lado" a "no quiero verte nunca más" sobre todo cuando su pecho se encogía en abandono, en necesidad. Nunca se sintió así luego de que las cosas se terminaran con Saint, sintió muchas cosas y por varias de ellas se castigó a sí mismo, pero dejar a Mew era tan difícil y complejo, como decirle que quizás algún día podría llenar sus pulmones de aire sin esa sensación de vacío en el medio de su pecho.
—Estoy bien —dijo de manera maquinal, más para sí mismo— voy a extrañarte.
—Lo sé, querido mío, también lo haré.
Recibió su abrazo, dejándose llevar por un segundo, imaginando que eran otros brazos, igual de fuertes, pero con otro aroma, con otro sentimiento. Se reprendió internamente por ello y se obligó a sonreír, esta vez de verdad, recordándose que sería un hermoso viaje, conocería nuevos lugares, personas y luego visitaría a los amigos que hizo en Paris.
Escuchó el móvil en su bolso y suspiró, buscándolo para ver que Fluke lo llamaba, escuchando su acento francés, recordándole sus recados y todo lo que debía hacer para que su estadía fuese plena.
—¡Te extrañaré! —gritó Fluke y Gulf se largó a reír.
—También yo, por favor no olvides llamarme y si necesitas algo me lo dices, recuerda que estás al cuidado de mi bebé.
—Jamás lo olvido, Gulf, vete tranquilo, ni sabrás cuando ya serás un nuevo tú.
—Nuevo no, mejor y renovado.
—Exactamente, ese es mi chico.
Pensó en guardar el móvil de nuevo en el bolso, pero sus dedos inevitablemente se fueron a la agenda, buscando el nombre que no quería ver ni recordar, pero se contuvo, gruñendo para sí mismo, marcando otro número en reemplazo.
—Puifai, hola, buenos días ¿Estás ocupada?
—Mi querido Gulf, nunca estoy ocupada para ti —rió la mujer y eso le llenó el corazón de una extraña calidez— ¿Quieres hablar con ella? Está de buen humor.
—Cuando necesiten de mí no duden en llamar, yo me comunicaré lo antes posible —suspiró— cuídenla mucho —sabiendo que en esa frase había otra persona involucrada, pero jamás correría el riesgo de nombrarlo— ¡Hola Mama J! —exclamó y se dedicó a conversar con ella, en ese idioma que ambos entendían, hablando de viejas cosas y cosas que no existían.
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Así, tal cual - MewGulf
FanfictionHola, mi nombre es Gabriel Schnettler y escribí esta historia hace un tiempo, cuando conocí a Mew y Gulf, me entusiasmé mucho en verlos en estos personajes que nacieron de mi corazón, así que hice la adaptación, anteriormente la subí a otra platafor...