Mi Lado Feo

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OLIVIA

No volveré por la ciudad. Ven aquí —dijo acariciando el lugar junto a él. Me acomodo lo más cerca que puedo sin que mis piernas toquen la palanca de cambios—. Eso no es lo suficientemente cerca. Pásate eso —dijo.

Lo miro y aparta los ojos de la carretera un momento para encontrarse con mi mirada. Mi corazón hace un pequeño vuelo contra mi pecho. Muevo una pierna sobre la palanca de cambios y la deslizo hasta que mi muslo está en contra del suyo. De repente me mareo cuando su mano se posa en la palanca de cambios entre mis rodillas.

¿Hasta que hora puedo tenerte esta noche?—preguntó rompiendo mis pensamientos.

Oh, um, ellos no dijeron nada pero normalmente no salgo tan tarde. Les dije que iba a ver una película de medianoche. —El cambió de marcha, entonces descansa su mano sobre mi muslo.

Estaba empezando a entender por qué a él le gustaban los vestidos de verano.

Bien, tenemos tiempo para ir a la bahía —respondió.

Yo no había estado en la bahía en años. Sawyer nunca quiso conducir por ese camino. Dijo que el agua era desagradable, pero siempre pensé que era hermoso.

Pensé que era mejor si no pasábamos el rato por aquí.

Asentí porque sabía a que se refería. El no parecía preocupado por el hecho de que estaba haciendo cosas que no debería con la novia de su primo. Eso me recordó la imagen que yo había tenido de Connor los últimos años. Jugó a su favor. El sexi rebelde que toma lo que él quería. Salvo que la imagen ya no parecía exacta. Me había sostenido hoy sin lugar a dudas, mientras que yo lloraba y babeaba sobre él.

Había dejado de trabajar sólo para consolarme. Alguien con motivos egoístas no lo haría. Además, si lo que estábamos haciendo significaba que tenía un corazón negro, entonces yo también lo tenía.

Estas frunciendo el ceño ¿Qué pasa por tu cabeza? —preguntó.

Pensé en mentirle ya que me estaba convirtiendo en una regular mentirosa, pero no podía mentirle a él también. Esto era algo que tenia que hablar antes... mucho antes de que nosotros fuéramos por esta dirección.

Sé que estoy haciendo algo mal y me siento culpable, pero ninguna de estas cosas importa lo suficiente como para hacer que me detenga.

La mano de Connor salió de mi muslo y volvió a la caja de cambios. Estudié su mano grande y bronceada preguntándome cómo era justo para alguien haber obtenido todas las partes de su cuerpo perfectas. Su agarre de la palanca de cambios era tan fuerte que el color moreno de su piel palidecía un poco.

Quise extender la mano y calmarlo. Hacer que la tensión desapareciera, pero teníamos que hablar de esto. Él no dijo nada más o hizo un movimiento para tocarme. Un nudo enfermo de temor se instaló en mi estomago mientras esperaba para ver si giraba y me llevaba de vuelta.

Le había recordado lo malo que era lo que estábamos haciendo y no trataba bien con ello. Amaba a Sawyer y yo nunca hubiera imaginado que le haría algo como esto a su primo. Yo no soy mucho mejor. Se suponía que debía querer a Sawyer y lo hago, pero no de la forma en que debería.

Mientras el silencio se prolongaba, esperaba que Connor diera vuelta el camión para llevarme de regreso al parque, pero se mantuvo en dirección a la bahía. Después de unos minutos, cuando estoy segura de que no va a dar la vuelta, me relajo y espero.

Connor nos lleva por un camino de tierra y a través de los arbustos y las malas hierbas puedo ver un espacio abierto más adelante. Era completado con un muelle. Connor dio vuelta la camioneta y retrocedió de modo que la parte de atrás quedara frente al agua.

Chico MaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora