OLIVIA
Sawyer estaba esforzándose para asegurarse de que Lana se sintiera cómoda con todos. La presentó a sus amigos más cercanos y fue a buscarle una bebida. No me preocupaba. De hecho me daba tiempo de mirar a Connor sin distracciones. No tener a Nicole alrededor suyo era un alivio, pero también hizo casi imposible que quitara mis ojos de él.
Connor me atrapó mirándolo y me guiñó un ojo. Mordí fuertemente mi labio inferior para evitar reírme. Me dieron un codazo en las costillas que me hizo jadear y me gire a mi alrededor para encontrar a la persona que me golpeó.
Lana me sonreía inocentemente.
—Estás siendo muy obvia —me dijo entre dientes con una sonrisa falsa en su rostro.
Sin embargo entendí el significado.
—Necesito ir al auto y buscar mi teléfono. Mi mamá probablemente ya me ha llamado diez veces hasta ahora —me anunció Lana.
—Iré contigo —contesté rápidamente, echando un vistazo a Sawyer quien parecía satisfecho de que estuviera siendo amable con mi prima.
Yo solía buscar este tipo de aprobación de su parte, pero esta vez me molestó. Si no me gustara mi prima, la pisaría sólo para que él se cabreara. Una vez que estábamos seguros fuera del claro y dirigiéndonos al coche, Lana dejó de andar y se dio vuelta para fulminarme con la mirada.
—Tienes aproximadamente diez minutos para juntar a tus duendes antes de que tu caballero con brillante armadura venga a buscarnos. Voy a ir a buscar mi teléfono y hacer unas cuantas llamadas telefónicas.
Fruncí el ceño.
—¿A qué te refieres?
—Me refiero a que tienes que dejar de coquetear con Connor mientras el equipo entero de fútbol está alrededor de testigo. Es como si ustedes pensaran que son los únicos allí. Todos tenemos ojos, sabes.
Ella se dio la vuelta y se dirigió a la parte más profunda del huerto de nueces, hacia los coches estacionados.
—Ella tiene razón, pero es mi culpa. —La voz de Connor debería haberme asustado, pero no lo hizo. De alguna manera sabía que él hallaría el modo de encontrarme a solas.
—Sí, probablemente —dije bromeando mientras me daba vuelta para encontrar su mirada.
Connor dio un paso hacia mí, después llevó la mano hacia su cabello y murmuró una maldición.
—Quería dañar la mano que tenía en tu cuerpo, Olivia. Sawyer, por quien debería hacer cualquier cosa. Quería dañarlo. Si te toca de nuevo en frente mío voy a explotar. No puedo con esto.
Eliminé el espacio que había entre nosotros y rodee su cintura con mis brazos. Lo había hecho. Mi necesidad de estar cerca de Connor había creado esta situación imposible.
—Lo siento —murmuré contra su pecho deseando poder hacer que todo desapareciera.
Él me miró y me envolvió con sus brazos, arrastrándome contra su cuerpo.
—No te disculpes. Sólo intenta que no te toque. Cuando te toca me pongo rojo de ira. No puedo evitarlo. No quiero verlo a él o a nadie más tocarte.
Retrocedí hasta que pude mirarlo. Su mandíbula estaba apretada fuertemente. Saber que él pensaba en Sawyer con tal ferocidad me hizo sentir tan culpable. No había querido meterme entre ellos y de todos modos lo estaba haciendo.
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Chico Malo
Ficção AdolescenteSer la chica buena no es como lo pintan. Olivia Gray se a cansado de jugar esa parte para satisfacer a sus padres y para ser digna del príncipe azul de la ciudad, Sawyer Bennett. Tal vez sea por eso que ella ha estado pasando el tiempo con el primo...