Fuera De Sus Vidas

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Levantarme parecía algo inútil. Mantuve mi cabeza baja y esperé a que algo más pasara. No tardó mucho tiempo. De un tirón arrancaron mi mochila de mis hombros y tiraron los libros sobre mi cabeza. Me encogí y solté un grito ahogado cuando mi cabeza fue golpeada con los libros que me vi forzada a llevar todo el día.

Eso fue suficiente. Muévanse. —La voz de Sawyer hizo callar todas las risas y charlas que llenaban el vestíbulo—. Déjala sola, Nicole. Tu problema es con Connor, no con Olivia. No quiero verte tocarla de nuevo, eso va para todos ustedes. Paren. Aquí nadie sabe lo que pasó y no es asunto de nadie. Dejen de actuar como un manojo de estúpidos y déjenla sola.

Los pies se arrastraron a mi alrededor y la risa se había convertido en susurros callados mientras la multitud hizo exactamente lo que Sawyer había dicho. El príncipe actual había hablado. Le había tomado una semana, pero finalmente terminó esto. Su mano apareció delante de mi cara y la miré un momento, fijamente, antes de ignorarla y levantarme por mi cuenta. No lo miré a los ojos ni tampoco le agradecí. Su interferencia había tardado mucho y mi gratitud expiró.

Comencé a recoger mis libros.

¿Al menos vas a agradecerme? —me preguntó Sawyer mientras recogía mi mochila y la abría.

Me encogí y apenas lo miré por encima antes de guardar los libros en la mochila que él mantuvo abierta.

Tú causaste esto sobre ti misma, lo sabes.

Esa fue la gota que desbordó el vaso. Yo había sido la bolsa de boxeo durante cinco días, demasiado tiempo. Le quité mi mochila de libros de sus manos y fulminé con la mirada aquellos ojos azules que alguna vez pensé eran hermosos. Ahora me parecían pálidos y aburridos.

Nadie se merece lo que pasé estos días. Podría haber merecido tu cólera, pero no la de toda la escuela. No les hice nada. Así que perdóname si veo que me llevé una semana de incesante acoso.

Me di la vuelta y comencé a dirigirme hacia la puerta. Había tenido suficiente.

Olivia, espera. —Sawyer corrió detrás de mí y tomó mi brazo—. Por favor, espera. Escucha.

¿Qué? —espeté sin querer que mi fuga se estropease.

Tengo algo que necesito decirte. Sólo escucha, por favor.

Cabeceé pero mantuve mi mirada fija en las puertas a través de las cuales, desesperadamente, quería escapar.

Me equivoqué. Dejando que te hicieran todas esas cosas durante toda la semana y sin decir nada, fue horrible. Lo siento, de verdad. En mi defensa, estoy lastimado Olivia. No sólo te perdí a ti, Olivia, también perdí a mi mejor amigo, mi primo, mi hermano. Todo se caía rápidamente y no podía hacer nada. Me dije a mí mismo que lo merecías, que podías luchar tus propias batallas. Supongo que esperaba ver a la chica ruda que recuerdo de cuando éramos niños. Si pudiera ver eso, entonces entendería por qué te fuiste con Connor. Pero sigues reaccionando de la manera en que mi Olivia reaccionaría. Nunca te defendiste ni tomaste represalias. Sólo lo aceptaste. Dios, duele tanto. Ellos te estaban lastimando, a la chica que amé toda mi vida. Quería saltar y defenderte pero la imagen de Connor besándote, tú mirándolo fijamente como si quisieras comértelo entero se repetía en mi cabeza y me ponía furioso de nuevo. —Soltó un suspiró y el apretón de mi brazo desapareció.

Te amo. Sé que a la verdadera tú también. Piensas que no, pero cuan fácilmente olvidas que cuando éramos chicos yo siempre te sacaba de los problemas. No le pedí a la Olivia perfecta ser mi novia cuando tenía catorce años. Se lo pregunte a la única Olivia que conocí. Cambiaste un montón, no voy a mentirte. Estaba orgulloso de la chica en la que te habías convertido. Mi mundo estaba completo. Tenía la familia perfecta, la chica perfecta, el futuro perfecto... pero olvidé a la niña que fuiste una vez. Connor no la olvidó.

Chico MaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora