Capítulo 15. Parte 1

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Ya era el día anterior al matrimonio de Gabriela y Fernando; Norma, Sara y Jimena habían decido no asistir e irse unos días a la casa de Santa Clara, necesitaban ordenar sus ideas y saber qué pasaría con sus vidas de ahora en adelante.

GABRIELA: ¿Ya se van para Santa Clara?

JIMENA: Si, ya salimos.

GABRIELA: Por qué más bien no dicen que huyen para no presenciar mi matrimonio con Fernando, porque las hiere y las ofende.

SARA: Mamá puedes pensar lo que quieras, pero la verdad es que no queremos quedar a ver semejante desastre, lo que si sentimos es que no te vamos a volver a ver hasta que regreses de tu luna de miel.

GABRIELA: Fíjense cómo son las cosas, yo no siento nada, no las voy a extrañar, ya no las necesito.

NORMA: Por favor mamá no digas cosas de las que después puedas arrepentirte. No se te olvide que ante todo que nosotras somos tus hijas.

GABRIELA: Como se nota que crecieron, son tres mujeres hechas y derechas, con toda la libertad de vivir lejos de mí, las obligaciones terminan aquí, y se pueden ir para siempre si así lo desean.

NORMA: Esto no se puede quedar así, mamá por favor, necesito hablar contigo, solo quiero que me escuches, aunque las obligaciones hayan terminado, el amor cuando es verdadero nunca se termina y tu sabes perfectamente que nosotras te queremos con el alma mamá, porque eres nuestra madre y nadie nunca va a poder cambiar eso.

GABRIELA: Ay niñas, yo las adoro con toda mi vida -las abraza-

NORMA: Si ya tomaste esa decisión y te vas a casar, lo único que puedo desearte es que te vaya muy bien y si tu escogiste a Fernando como esposo, solamente espero que no te falle.

SARA: Yo también deseo que seas muy feliz, y que ojalá no te arrepientas del paso que vas a dar.

JIMENA: Ojalá, mamá que estemos equivocadas y que realmente puedas encontrar la felicidad con Fernando, y aunque no estemos en tu matrimonio no estamos en contra tuya mamá.

SARA: Somos tus hijas y estamos agradecidas por todo lo que nos haz dado mamá, y por eso queremos que seas muy feliz, porque realmente te lo mereces.

Don Martín veía melancólicamente cómo sus nietas subían sus cosas a la camioneta y partían rumbo a Santa Clara.

Al siguiente día ya en Santa Clara; Norma, Jimena y Sara aun no se resignaban a todo lo que envolvía la rápida relación de su madre y Fernando.

SARA: ¿Ustedes en algún momento pensaron en la posibilidad de que mamá se volviera a casar?

NORMA: Yo no, nunca pensé en esa posibilidad, a lo mejor porque la muerte de mi papá estaba muy reciente.

JIMENA: Mamá es todavía una mujer muy joven y muy bonita, y no se me hubiera hecho raro que se hubiera fijado en otro hombre, pero en Fernando, eso jamás me lo imagine.

SARA: Saben una cosa, yo pienso que mamá siempre estuvo enamorada de Fernando.

NORMA: ¿Qué? Sarita por Dios, cómo puedes decir esas cosas.

SARA: Basta con analizar algunas cosas y con atar uno qué otro cabo, para darse cuenta del gran secreto de mamá. Yo creo que ella siempre estuvo interesada en él, por algo te obligo a casarte con él.

JIMENA: Sabes que puede tener razón Sarita, ella siempre lo protegía, le disculpaba todos los errores y siempre estuvo de acuerdo con él, es que para mi mamá Fernando era como su hombre perfecto, su hombre ideal y eso es amor.

SARA: Mamá ya no quería a papá en esos momentos, cada día estaba más distanciada de él y no hacía más que tener disgustos todo el tiempo.

NORMA: Bueno aunque así fuera, no tenemos por qué entrar en detalles, es la vida de nuestra mamá y no tenemos que juzgarla.

¿Qué pasaría si...? "Un matrimonio un tanto borroso y tormentoso"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora