Capítulo 14

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Al pasar un par de días, Franco se metió a escondidas a la casa en la hacienda Elizondo, ya no soportaba no tener noticias de Sara, quería saber cómo seguía, y más después de que Gabriela se enterara de su matrimonio, necesitaba saber que estaba bien.

DOMINGA: Don Franco ¿usted qué está haciendo aquí?

FRANCO: Vine a buscar a Sara, necesito hablar con ella inmediatamente.

DOMINGA: Voy a llamarla, pero por favor salga y espere afuera.

FRANCO: No pienso moverme de aquí Dominga.

DOMINGA: Evítese problemas, mire que doña Gabriela y don Fernando están muy cerca y si lo llegan a ver se va armar la grande.

FRANCO: Pues a mí me importa un comino, dígame de una buena vez donde está Sara y voy a ir a buscarla.

DOMINGA: Está arriba en el cuarto de doña Norma cuidando al bebé.

FRANCO: Gracias -sube y entra en la habitación en donde Sara está jugando con el niño-

SARA: ¿Franco? -lo abraza- ¿qué haces aquí? ¿Cómo te atreviste a venir?

FRANCO: Tenía que hacerlo, no soportaba ni un minuto más sin tener noticias tuyas Sara, ¿cómo sigues?

SARA: Estoy bien, no te preocupes, pero Franco yo no quiero tener más problemas con mi mamá por favor, te prometo que más tarde te voy a buscar, pero por ahora márchate ¿si?

FRANCO: Y lo haré, pero prométeme que si irás a buscarme o vendré por ti te guste o no -llega Fernando-

FERNANDO: ¿Qué hace este imbécil aquí Sarita? ¿No tuvo suficiente con lo de la última vez y ahora entra como un ladrón? Pero que bajo haz caído Sarita.

SARA: Vete de aquí Fernando, y déjanos en paz.

FERNANDO: ¿Cómo permites que te siga tratando así? De verdad que eres una estúpida para dejarte pisotear por esta basura como este señor que jamás te va a dar tu lugar de esposa, nunca dejarás de ser una mas de sus amantes.

Franco iba a golpearlo, pero Sara se lo impidió y justo en ese momento entró Gabriela a la habitación puesto que iba por su nieto.

GABRIELA: ¿Usted qué está haciendo aquí? ¿No tuvo suficiente con lo que hizo la última vez? ¿cómo se atreve a entrar a mi casa como un vulgar ladrón?

FRANCO: A mí me importa un rábano lo que usted piense, vine a proteger a Sara y así usted sea la madre no tiene ningún derecho a castigarla, y mucho menos a pegarle, si me entero que le volvió a hacer algo se las va a tener que ver conmigo señora.

GABRIELA: A mí no me venga con amenazas en mi propia casa, salga inmediatamente o no respondo Franco Reyes.

FRANCO: El que no va a responder soy yo señora, sí me entero que le levantó la mano a Sara, soy capaz de cualquier cosa y quiero que le quede claro que no le tengo miedo ni a usted ni al cobarde de su futuro esposo.

FERNANDO: ¡A mí no me insulta Franco Reyes!

GABRIELA: Fernando no es un cobarde y cuando esté casada y él ocupe el lugar que le corresponde no va a permitir que ustedes pongan un pie en esta hacienda. Usted no es más que un abusador que se aprovecha de su fuerza bruta para venir amedrentarme.

FRANCO: El único abusador aquí es él, porque no crea que no se que le ha levantado la mano en más de una ocasión a mi esposa y eso pienso permitir que siga ocurriendo, Sara no está sola, estoy yo para protegerla de todo y de todos.

FERNANDO: ¿Se le llena la boca con lo de su esposa no infeliz?

FRANCO: Por supuesto ¿le molesta acaso?

¿Qué pasaría si...? "Un matrimonio un tanto borroso y tormentoso"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora