Capítulo 17. Parte 1

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Todos en la hacienda Elizondo se preparaban para recibir a Sara, pero para su sorpresa cuando salieron a recibirla, se encontraron con Gabriela y Fernando que habían llegado de su luna de miel.

GABRIELA: ¿Qué significa este circo? Yo no puedo creer que esta sea nuestra bienvenida, es vergonzoso papá.

DON MARTÍN: Es posible que les parezca un circo, pero estas payasitas no están aquí para recibirlos a ustedes, no señores, estamos aquí esperando a otra persona.

FERNANDO: Sobra que lo diga, nosotros ni siquiera anunciamos nuestro regreso y mucho menos aceptaríamos la vulgaridad que estamos presenciando. Empezando por ti Pepita y las dos señoritas que te están acompañando, les recuerdo que esta es una casa decente.

PEPITA: Alto ahí papito, tú no nos vienes a tratar a nosotras de indecentes y mucho menos de viejas vulgares, si tu eras nuestro colega ¿o es que el matrimonio con esta señora tan elegante te hizo olvidar que trabajaste con nosotros en el bar Alcalá por mucho tiempo? Porque si es así, aquí estoy yo para recordarte mi vida.

GABRIELA: Mi marido pudo trabajar en el mismísimo infierno, pero eso no le da a usted el derecho de venir armar fiestas escandalosas dignas de un burdel. Usted sí que es atrevida, la he echado infinidad de veces de mi casa y sabe que no es bienvenida aquí, ¿en qué idioma quiere que le hable señorita?

DON MARTÍN: Pepita no es ninguna bruta para no entenderte, si ella está aquí es porque ninguno de nosotros esperábamos que ustedes se aparecieran ahora.

GABRIELA: Lo que nos faltaba, esto es el colmo del descaro, ahora resulta que es culpa nuestra por haber regresado a nuestra casa.

DON MARTÍN: Pero cuándo se les acabó ese viaje de luna de miel, no puedo creer que haya pasado un mes.

JIMENA: Sí abuelito, desgraciadamente ya pasó un mes.

PEPITA: Pues que aburrido, ¿por qué será que cuando uno lo está pasando de lo más rico el tiempo pasa como un soplo? Bueno muchachos, larguémonos de aquí, porque estos pajarracos nos aguaron la fiesta -se van-

GABRIELA: ¿Dónde está Sara que no la he visto por ninguna parte?

DOMINGA: Precisamente la estábamos esperando a ella.

GABRIELA: ¿A dónde fue? ¿qué le pasó?

NORMA: Cuando entremos a la casa te lo explicamos con calma.

FERNANDO: No te molestes en contarnos absolutamente nada, nosotros mismos nos encargaremos de averiguarlo con los empleados, ellos si nos dirán la verdad -entra en la casa seguido de Gabriela-

GABRIELA: ¡Niñas a la casa ahora! -entran todos-

FERNANDO: Te imaginas, si en menos de un mes hicieron lo que les vino en gana en esta casa, hasta trajeron apestosos ¿que pasaría si no estuviéramos aquí para controlar la situación? -se dirige a los empleados- ahora mismo me dicen que demonios sucedió, ¿por que estaban esperando a Sara? ¿dónde demonios está?

Justo en ese preciso momento llegaron Franco y Sara, sin imaginarse la sorpresa que se llevarían al entrar en la casa.

DOMINGA: Doña Sarita, don Franco, que alegría tenerla devuelta, pero por favor tengan mucho cuidado.

SARA: ¿Por qué? ¿Qué pasó Dominga?

DOMINGA: Imagínese que doña Gabriela y don Fernando acaban de llegar de viaje y están que revientan del coraje por la fiesta de bienvenida que le tenía preparada don Martín y doña Pepita.

SARA: Franco es mejor que te vayas, si te ven las cosas se pueden complicar, nos vemos más tarde ¿te parece?

FRANCO: Sara yo no pienso irme a ninguna parte, no les tengo miedo ni a tu mamá ni al desgraciado de Escandón, y tampoco pienso dejarte sola en este momento, porque me arrepentiré siempre de haberte dejado sola esa vez, así que no señora, yo de aquí no me voy, y mejor vamos que al mal tiempo darle prisa.

¿Qué pasaría si...? "Un matrimonio un tanto borroso y tormentoso"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora