VII

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Necesitaba tiempo y espacio para así poder contemplar lo que estaba sucediendo, comprender

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Necesitaba tiempo y espacio para así poder contemplar lo que estaba sucediendo, comprender. Tomo una copa y bebio casi todo el liquido, él rey Kold hablaba y no podía escucharlo, ¡por un demonio que creyó estar loco! No escuchaba, simplemente la observaba, nuevamente veía sus manos y estaba en silencio.

Su cola casi no se movía, era una prisionera, un maldito bufón que estaba para distraer a todos.

Fue ignorante hasta que lo escucho, fuerte y claro. Ladeó su rostro, — ¿quedarme? — cuestiono.

Él rey asintió, sin dejar de sonreír, — ¡por supuesto! Unos días al menos, aquí podrá conocer la isla y vivir un buen rato en tierra, el mar a veces puede ser agotador. — sugirió.

Remojo sus labios y asintió, — acepto, hace mucho no estoy en tierra, — bebió vino, señalando a la mujer, — una sirena, son pocos los que pueden darse este lujo. — fingió halagarlo.

— No son fáciles, creía en los mitos de su canto y su horrible rostro, pero veo que teníamos pensamientos erróneos.

— Jamás creí en ellas, lo admito.

— Bueno, ahora puedes cambiar de opinión, — dejo la copa en el borde, para luego llamar con un gesto de su mano a uno de sus guardas, cuando él hombre estuve frente a ellos, habló; — lleven a nuestros invitados a las habitaciones disponibles, y al joven Vegeta, al ala norte, se quedaran un tiempo, ¿su barco... — no alcanzo a terminar.

Él pelinegro termino la bebida e interrumpió, — estara bien, ahora, necesito descansar y aprovechar mi tiempo aquí, rey Kold. — sonrió, no dejándose llevar por los protocolos, logrando que él hombre tratara de conservar la paciencia.

Fingió una sonrisa y asintió. — Zaabon, llevalo.

Ambos se dirigieron por los pasillos, sin mirar atrás, tuvo que contenerse para no hacerlo, odiándose por ello, pero evitando llamar la atención, debía pensar primero y en publico no era muy fácil hacerlo.

El Cofre De La Muerte. || V.B ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora