El Regreso

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• UMBROSA AFICIÓN •

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Nada me pertenece, solo la idea de la historia con los personajes de SM.

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• CAPITULO •

• I •

EL REGRESO DEL ¿PESAR?

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.o.

"Tan solo pedimos una prueba de vida."

La mujer delante de las tres Sailors rió. El eco de esa risa era capaz de intimidar hasta el más profundo silencio. Era un silencio que fue creado por las tres Sailors delante de ella para dejarla continuar.

"La tendrán...les aseguro que la tendrán." Respondió es mujer, quien volvió a reír al sentirse victoriosa por ver a las antiguas estrellas brillantes...morir poco a poco.

Sailor Star Healer, Sailor Star Maker, seguidas por su líder, Sailor Star Fighter, cambiaron de semblante instantáneamente. "Obtendrás lo que pides." Aseguro sin hesitar la mujer que aun portaba el liderazgo de las guardianas del mismo planeta que amaran hasta morir.

Pero la mujer delante de ellas no pareció complacida con una simple respuesta tan débil. Al levantar la mano, lo primero que hizo fue lanzar a las tres guardianas Kinmokuseinas destrozando cada flor existente a su paso. "Poco. Les doy muy - poco - tiempo."

Las tres volvieron a incorporarse lentamente. ¿Tiempo?

Tiempo era lo que más necesitaban...

...y el cual ahora no estaban dispuestas a desperdiciar.

Las tres tenían en mente su principal deber.

Sin importar nada...

...Ni nadie.

.o.

o.o.o.o

.o.

"...Da..."

"Por eso esta noche..." Finalmente Serena tenía frente a ella lo que ha anhelado por días, semanas, meses, años, siglos...incluso milenios. "Serena, ¿Quieres...quieres...casarte conmigo?"

En la mente de la siempre inocente mujer corrieron millones de pensamientos al lado del ser que ha amado por eternidades. Pero todo se detuvo de momento. Todo se detuvo para solamente escuchar esas tres palabras que ha soñado escuchar. Una sola respuesta estaba haciendo la diferencia entre hacer su eterno sueño realidad...o no.

Sus mejillas ya empapadas de lágrimas se ruborizaron en el momento que él tomo su mano para depositar un beso sobre la sedosa mano de la mujer a la que le pertenece su corazón. "¿Aceptas?" Volvió a preguntar él mientras mostraba orgulloso el diamante que había pedido fuera exclusivamente para ella.

Ella quería responder, pero su garganta se había bloqueado. Las palabras no existían más que en su mente.

Y su mente gritaba.

Esos ojos. Él esperaba que ella se sorprendiera como lo transmitían sus ojos. En ningún momento dio señal de hacer esto. Quería que todo fuera exactamente como lo estaba siendo ahora.

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