¡Seika! La Vida Detras del Enigma

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• UMBROSA AFICIÓN •


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• CAPITULO •

• XIV •

• ¡SEIKA! •

•LA VIDA DETRÁS DEL
ENIGMA •

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"La tuya es la más hermosa de todas. Tu estrella es hermosa porque posee el amor de dos resplandores."

"¿Y ellas nunca mueren?" Esperó. "¿Ellas nunca mueren, verdad papá? Promételo papá, prométeme que nunca me dejarán sola. Prométeme que tu estrella vivirá por siempre para nosotras. Prométeme que nunca me dejaras conocer lo que muchos llaman soledad."

Su padre sonrió y beso su frente. "Duerme, pequeña." Estuvo por arroparla.

"Pero no lo has prometido. ¿Has prometido que siempre estarás con nosotras? ¿Lo has prometido? Solo así podría conciliar el sueño."

"Ves esto." Señalo el dije colgante del cuello de la pequeña niña. Ella movió la cabeza en respuesta. "Nosotros siempre estaremos juntos porque yo cuidare de ti inmortalmente."

"¿Es una promesa, papá? ¿Prometes estar por siempre conmigo?"

"Lo es mi pequeña estrella, será por siempre nuestra promesa."

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Esos brazos. La calidez de esos brazos era inconfundible. Eran los mismos brazos que en alguna ocasión le prometieron cumplir una promesa. Promesa que intentaba ser quebrantada.

Necesitaba abrir los ojos y comprobar que realmente era la misma calidez.

Lo era.

Esos ojos delante de ella eran los mismos que en su momento le prometieron seguridad, amor, confianza y ternura.

El hombre que la abrazaba era el mismo que prometió un vínculo más allá de una extinción.

"¿Te encuentras bien?"

La voz. Indudablemente era la misma voz que lograba confortarla cuando ella temía a cualquier cosa por pequeña que fuera.

La sorpresa fue para todos los que observaban la escena.

Aquella joven se había abrazado a quien había intentado ponerla de pie. Y lloró. El llanto de esa joven llegó al corazón de cada una de las Sailors que habían regresado solo para proteger a su princesa.

Serena, estando junto a Seiya, pudo ver el dolor de esas lágrimas.

"Papá." Seiya sintió el dolor en el susurro de la joven. Correspondió al abrazo solo por instinto.

"Nosotros podemos ayudarte." Susurró Serena.

La joven princesa se aparto al instante de Seiya. De inmediato secó sus lágrimas e intento ponerse de pie, pero cayó en el intento.

Lo último que pudo recordar fue haber visto a la Sailor de la destrucción protegiéndola.

Finalmente se puso de pie y al hacerlo pudo ver a Sailor Mercury, Mars, Venus, Jupiter, Neptune, Uranus y Pluto rodear el lugar en el que Seiya y Serena se habían arrodillado para ayudarla. También no muy lejos, Yaten y Taiki la observan con desconfianza.

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