capitulo tres

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La luna todavía iluminaba las calles, y el constante golpeteo de la lluvia amortiguaba los pasos pesados de una figura encapuchada, que se tambaleaba, casi como si le constara su vida entera sostenerse sobre sus pies. 

 Un grupo de chicos se encontraba dando un paseo en el auto de uno de ellos, solo disfrutando la lluvia con los vidrios abajo; uno de ellos se percató de la figura tambaleante, y vio cómo esta se dirigía al lado de la carretera. 

 Creyó que la figura, que parecía un adolescente, o un adulto muy bajito, juzgando por la altura, estaba drogado o totalmente fuera de su mente. Comenzó a golpear el hombro del conductor desde su asiento atrás y señaló al encapuchado. 

 "Billy, Billy detente, mira!" El chico frente al volante, que respondía al nombre de Billy miró sobre su hombro, con el ceño fruncido, al chico que seguía apuradamente tratando de atrapar su atención. 

"Que quieres Marc?" Billy miró al antes mencionado, quién dejó de golpearlo y señaló nuevamente a la figura frente a ellos.

 Chris, el chico en el asiento del copiloto entrecerró los ojos y dijo: "Que mierda es eso?" Marc se encogió de hombros. "Parece un adolescente." "Parece que está drogado." La voz de Billy se distorsionó cuando sacó la cabeza por la ventana. "Se está metiendo al bosque?" Chris preguntó alarmado y tanto Marc como Billy giraron su cuello a la velocidad de la luz, encontrándose con la figura tratando de pasar la cerca que evitaba que hicieran justo lo que él trataba de hacer. 

Entrar al bosque. Billy se bajó del auto siendo seguido por Marc y Chris. 

 Los tres trataron de pesar en que hacer; nunca habían manejado a una persona alterada, y no sabían cómo reaccionaría, pero antes de que pudieran rodearlo ya no había nadie. 

 Se miraron entre ellos y a su alrededor. "¿Qué diablos?" Billy se asomó entre los arbustos, y Chris buscó brevemente en los alrededores con la linterna de su teléfono. Marc solo regresó derrotado al auto. 

 Max se levantó con dolor en el cuello y un fuerte gruñido de incomodidad Se talló los ojos con pesadez, estaba por bostezar cuando fue interrumpido abruptamente por un golpe en su ventana. Fue hasta entonces que noto que apenas estaba amaneciendo. 

 Se levantó mareado y tembló cuando sus pies descalzos tocaron el piso helado de madera. Se abrazó a sí mismo caminando hasta la ventana y la abrió. El viento frío y pesado lo golpeó en la cara como un muro de cemento, causándole un estornudo. 

 "Mierda, me voy a enfermar." Subió el cierre de su sudadera en un intento de calentarse, y sacó la cabeza por la ventana. Lo único que se veía desde su habitación era el jardín delantero y la cerca a los lados que los dividía del bosque.

El bosque... 


 Miró en silencio al viento acariciar las hojas, y escuchó a lo lejos el agua restante que recorría desde la punta de los árboles, y las raíces se trenzaban, creando patrones complicados en la tierra; si alguien pasaba por ahí corriendo tenía una caída asegurada. 


Max estaba tan perdido admirando el paisaje que no notó la estática que se comenzó a formarse en el aire a su alrededor. Un golpe similar al que lo había hecho levantarse en primer lugar sonó, esta vez unos centímetros a su lado, y le sacó un grito agudo que ahuyentó a un pájaro que tranquilamente se había posado en el marco superior de la ventana. 


 Sacudió la cabeza, y se recargó en el margen de la ventana, dejando la mitad de superior de su cuerpo sostenido en el aire mientras buscó a su alrededor la posible causa del sonido. Estaba por regresar a dormir cuando vio una sombra pasar frente a la cerca. 


 "¡Hey! ¡Tú! ¿Qué diablos haces?" Se inclinó más en la ventana, tratando de ver de quién se trataba, cuando un chico asomó lentamente su cabeza por un hueco de la cerca. "¿Yo?" El chico se señaló a sí mismo, avergonzado. 


 "¿Tú no estás lanzando cosas mi ventana?" Max demandó. "¿No...?" El chico miró a Max sin saber de qué hablaba. Max comenzó a relajarse, y al mismo tiempo la vergüenza de haberle gritado a alguien probablemente inocente le comenzó a pasar factura, tiñéndole de rojo las mejillas. Apenas comenzaba un silencio incómodo cuando el chico trató de romperlo.

"Soy Jackson Kinns, venía a dejar el periódico." El chico sonrió a medias mientras sacaba un periódico enrollado de su bolso, como tratando de probar su veracidad. 

Max se golpeó mentalmente, y al darse cuenta de la reacción asustada de Jackson notó que había dejado caer su cabeza fuertemente contra el marco de la ventana. Jackson trató de apartar la mirada del parche tinto que se comenzó a formar en la frente del chico. "¿Estás bien?" Max por fin le puso atención a Jackson.

Era alto, bastante alto, y su cabello bajaba en ondas oscuras hasta sus hombros y su corte le recordaba a los ochentas.

Tenía una mandíbula marcada que parecía inconscientemente apretarse cuando hablaba.Se percató de cómo había estado mirando sin pestañear a Jackson cuando este dejó de hablar y lo miró divertido, Max bajó la mirada rápidamente, sacando una risa burlona del otro. 

 "De todas formas, ya te dije mi nombre, pero tú no me dijiste el tuyo." Jackson volvió a sonreír y Max esperó poder verlo hacerlo por mucho más tiempo."Soy Max Valentine y, uh... Me acabo de mudar."Jackson asintió efusivamente.

"Un gusto, con razón no te había visto antes, no tienes una cara fácil de olvidar."Max no supo cómo tomar lo último así que decidió simplemente sonreír. 

 "¡Bueno, entonces! Me encargo de entregar los periódicos los sábados, y mis padres son los dueños de la única imprenta en el pueblo así que nos veremos seguido." 

 Max escuchó un pitido agudo dentro de su cerebro que lo puso alerta, pero trató de ignorarlo y le sonrió a Jackson."Claro, no veremos."Se quedaron en silencio mirando al otro, y cuando Jackson estaba por hablar el sonido de un claxon lo detuvo. 

 "¡Ah! Es mi padre, tu casa es la última, así que quiso pasar por mí, ¡Adiós!"Y antes de que Max pudiera responder, Jackson había corrido al auto.

𝖏𝖚𝖘𝖙 𝖑𝖎𝖐𝖊 𝖍𝖊𝖆𝖛𝖊𝖓 | creepypastasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora