4

387 39 2
                                    

DESEO

POV-Changbin

Mierda.

No podía creer que haya dicho eso. Al menos Changuk no lo oyó. Aunque Seung... Jesús.

—Voy a empezar a descargar el coche —dijo Horse. Cobarde.

—No, no me siento de esa manera, Seung. Créeme —dijo Spear, y lo decía en serio—. Tú eres la única maldita cosa que él hizo que valga la pena. Estoy loco por Changuk, lo sabes. Y no siempre nos llevamos bien, pero tú eres importante para él y eso te hace jodidamente importante para mí.

Él le ofreció una sonrisa temblorosa, y para su horror, vio el brillo de lágrimas en sus ojos. Eso no era bueno. Spear podía manejar a un Seung cabreado, ¿pero llorando?

No. Mierda, no.

—Déjame enseñarte tu lugar —dijo rápidamente—. En el piso de abajo. Tienes tus propias puertas francesas allí, entrada privada. Es linda. Puedes usar la puerta principal, también, si quieres.

—Gracias —murmuró. Spear cruzó la cocina hacia la puerta del sótano. La abrió, inclinándose para encender la luz, manteniéndola abierta para Seung. Lo siguió por las escaleras, sintiéndose como un idiota. Entonces se sintió como un idiota más grande, porque en lugar de pensar en maneras de hacer las cosas mejor, comprobó su muy fino culo.

Maldito chico que lo había estado volviendo loco todo el día.

Sus cintura prácticamente se burlaba fuera de su musculosa, y las costuras tenían que ser de diez años, la tela estaba tan gastada y delgada. También estaba apretada, lo que remarcó su teoría acerca de la edad. Seung no era gordo, pero subió un poco de peso desde la secundaria. De hecho, se llenó demasiado bien para su comodidad. Tenerlo en la casa sería un infierno. Era un infierno ya. No podía ver sus piernas sin imaginarlas envolviéndose alrededor de su cintura. Cuando él las apoyó en el salpicadero más temprano, casi estrelló el maldito coche.

Pensó en esa mañana, en el sofá de su apartamento. Su polla se hizo más grande con el recuerdo, y esperaba como el infierno que él no se diera cuenta, porque él tenía razón en una cosa. Seung realmente podría ser una perra engreída, y no dudó ni por un minuto que usaría su atracción en su contra. Podría querer follarlo, y lo sabía, Seung lo deseaba tanto como él, pero eso no significaba que pensara que era lo suficientemente bueno para él.

Joder, probablemente tenía razón acerca de eso.

Follarlo sería una patada en el culo. ¿Pero después de eso? Las cosas se pondrían extrañas. Spear no se encontraba interesado en establecerse con cualquier prrsona, pero si alguna vez lo hiciera, sería diferente de Seungmin. Encajaría con el club. Sería el tipo de chico que sabría cómo abrir una cerveza al final de un largo día, relajarse, y luego darle una mamada antes de acostarse. A él le encantaría montar en la parte trasera de su moto, sería rubio, y lo suficientemente fuerte como para sostenerse a sí mismo.

Lo más importante, jodidamente no le contestaría. Seungmin tenía un infierno de boca.

—Guau, es hermoso —dijo Seung, parándolo de golpe al final de las escaleras. Lo miró para encontrar todos los rastros de tristeza idos. En cambio, sonrió en grande para él, claramente encantado con una cosa u otra. Maldita sea, los estados de ánimo del chico cambiaban tan condenadamente rápido, un hombre ni siquiera podía comenzar a seguirle el ritmo—. No puedo creer esto. ¿Cómo conseguiste tener todo listo tan rápido?

Él parpadeó, luego miró a su alrededor, sorprendido.

¿Qué mierda?

Cuando se fue esa mañana, el lugar se encontraba limpio. No porque él lo haya hecho, por supuesto, sino porque una de las chicas de la casa club lo tenía hace par de semanas atrás por alguna razón. Tratando de engancharlo para su viejo, probablemente. La folló y pateó fuera, porque estaría condenado si hubiera dejado a una de esas perras clavar sus garras en él.

Descendencia || seungbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora