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doble actuuuuu

LOCO POR TI

Mis manos temblaban con tanta fuerza que tuve problemas metiendo la llave en el arranque. Doyoung se ofreció a seguirme a casa pero quería ir solo. Tenía mucho en que pensar y no quería compañía. Claramente, Spear y yo teníamos diferentes definiciones de lo que era un comportamiento normal y apropiado.

Por un lado, sentía que las relaciones a largo plazo deberían ser monógamas. Él sentía que deberían ser monógamas para mí y abiertas para él.

¿Otro problema? Mis fiestas, por lo general, terminaban cuando las personas se quedaban sin comida y se cansaban.

Las suyas ocasionalmente terminaban con puñaladas y persecuciones a alta velocidad.

Y por último, pero no menos importante, tiendo a pensar que el sexo debería ser privado. A él le gustaba frotarme su esperma sobre el estómago frente a sus amigos después de marcarme con chupones.

Necesitaba mudarme.

Inmediatamente. No seguir perdiendo el tiempo.
Cuanto más pensaba en lo que sucedió, más enojado me ponía. Jisung podría haber muerto. Yo ya podría tener una jodida enfermedad de transmisión sexual, ya que follé al Rey de los Prostitutos —sin condón— en un maldito cobertizo, porque soy así de elegante. Oh, y cómo-se-llame me podría haber violado en la oscuridad, solo porque tuve el descaro de sacar la basura cuando necesitaba ser vaciada.

¿Qué demonios estaba mal con esa gente?

Dos horas después de estacionar en el camino de entrada de Spear, casi había terminado de empacar nuestras cosas. Solo habíamos estado en su casa por una semana, así que no fue exactamente difícil. Solo tiré la mierda en cajas y luego las puse en mi auto. Probablemente podría sacar todo en un solo viaje, ya que Changuk aún se encontraba con Minnie. La llamaría a primera hora de la mañana y le preguntaría si podía alojarnos por un par de días.

A la mierda con Spear. A la mierda su hermosa casa y a la mierda con Las Parcas. A la mierda sus motocicletas, también. Esperaba que todos ellos se intoxicaran con comida en uno de sus malditos asados de cerdo.

Ya había terminado de empacar mi ropa, la sala de estar y el baño para el momento en que escuché la moto de Spear estacionando en el camino de entrada. Bueno, eso era lo que me faltaba... planeaba irme antes de que llegara a casa, pero si quería una pelea, le daría una. Podría no tener mi vida totalmente arreglada, pero me hallaba bastante seguro de una cosa: las fiestas que terminaban con puñaladas no eran parte del plan a largo plazo. Tampoco lo era estar atado a un hombre preso, trabajando como desnudista, o preocupándome de si me encontraba a salvo o no sin una maldita marca a través de mi espalda como una jodida vaca.

Había empezado a tirar la ropa de Changuk en la maleta cuando las botas de Spear resonaron por las escaleras. Hizo una pausa en mi cocina y escuché el sonido del agua llenando un vaso. ¿Así que, ahora no era lo bastante bueno para él ponerme en peligro e invadir mi privacidad? ¿También tenía que ensuciar mis vasos? Tiré el dragón de peluche de Changuk, Puff, en la maleta con un golpe de disgusto.

Espera.

¿Por qué diablos debería importarme dónde se servía agua?

No estaría aquí para lavar los malditos platos. No era mi casa. La ridiculez de la noche, la horrible manera en que terminó la fiesta, empacar para mudarme a Dios-sabía-dónde a las tres de la mañana —todo me golpeó a la vez. Agarré a Puff y me deslicé junto a la cama, riéndome de mi propia locura.

¿Por qué alguna vez, incluso por un segundo, pensé que podríamos vivir en el sótano de Spear?

Me reía mientras Spear caminaba por el pasillo. Me reía cuando entró en la habitación, y seguía riéndome cuando se arrodilló frente a mí. Ignoré las olas de frustración que salían de él porque simplemente no me importaba una mierda. Estiró la mano y agarró mi barbilla, obligándome a mirarlo a los ojos. Me atravesaron acusadoramente ¿cómo si él tuviera derecho a opinar?

Descendencia || seungbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora