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ESTÚPIDO SPEAR

POV-Spear

Llegaron a la cima de la pequeña colina con vistas a la casa y Picnic desaceleró, levantando una mano para que los demás se detuvieran.

Spear se detuvo a su lado. Santa mierda.

—Ese es mi chico —dijo Picnic, su voz llena de orgullo—. Maldita sea, hice algo bien con él.

—Ambos de nuestros chicos —murmuró Spear. Sintió que su pecho aflojaba, una bola de tensión que no sabía ni siquiera se encontraba allí, liberándola—. Mierda, no sabía que lo tenía en él.

Jisung y Seungmin se sentaban en el pórtico delantero como dos vecinas visitándose para tomar té dulce, excepto que Jisung sostenía establemente un arma apuntando a Kino. Su forma destrozada y ensangrentada, yacía en el suelo, con los brazos estirados hacia atrás y envueltos alrededor del poste del pórtico.

—¿Crees que lo mató? —preguntó Spear.

—Espero que no —respondió Picnic—. Ya es bastante malo sin que tenga que vivir con eso. Por no hablar de bastante sucio para nosotros el limpiarlo.

—Esa es la verdad —respondió Spear.

—¡Es papá, estamos aquí por ustedes! —gritó Picnic, moviéndose en su dirección. Jisung mantuvo sus ojos en Kino y su arma no vaciló.

—Me alegro de que hayas venido —gritó de vuelta—. Me vendría bien un poco de ayuda.

—¿Es el único? —preguntó Pic.

—Hunter se fue hace un par de horas —gritó—. Solo eran dos de ellos.

Condujeron despacio, bajando la colina hacia la casa. Spear estudió cuidadosamente a Seung mientras estacionaba su moto, pero no pudo ver ningún signo de daños graves. Parecía agotado, sus ojos oscurecidos por la mancha de maquillaje, pero eso era todo. Jisung parecía peor, su rostro se encontraba pálido y un moretón empezaba a formarse en su mejilla. Blancas y ensangrentadas tiras de tela se hallaban atadas alrededor de su pierna.

—Quédense donde se encuentran, chicos —dijo Pic secamente, mientras desmontaba su moto. Spear hizo lo mismo, siguiéndolo hacia el hombre en el suelo.

Kino se encontraba en mal estado. No se movía y Spear vio hilos de sangre filtrándose de su nariz y boca. Más sangre empapaba la tierra, aunque no podía ver de dónde venía. Spear se acercó al hombre cuidadosamente, arrodillándose para comprobar su pulso.

Aún con vida. El ritmo era débil pero constante.

—No está muerto —dijo—. ¿Cuál es el plan?

Picnic rodó a Kino con un pie. Ahora, vieron la herida —tenía un gran corte abierto en la parte posterior de la cabeza.

—Ha sangrado, pero no se encuentra mal —dijo Jisung—. No sé si se desmayó por una lesión en la cabeza o por la impresión. Seung pateó sus bolas hasta el infierno, ida y vuelta.

Spear sintió una contracción instintiva en su región inferior y miró a Seung.

Miraba hacia ellos, con el rostro tan suave como una esfinge.

Perfectamente tranquilo. Muy tranquilo. Conmoción, se imaginó Spear.

Picnic se acercó a su hijo y le tendió la mano por la pistola. Se la dio y él pasó un brazo alrededor de sus hombros, abrazándolo.

Spear miró a Sophie de nuevo y ella se dio la vuelta. Entonces oyó el crujido de unos pasos en el camino de entrada a su espalda.

—¿Cómo vamos a hacer esto? —preguntó Sungchan, mirando a Kino. Spear miró a su presidente, preguntando lo mismo. ¿Pondrían al bastardo en el suelo o no?

Descendencia || seungbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora