9

311 37 5
                                    

CONFESIÓN

El rostro de Spear era completamente ilegible cuando me acerqué, y por un horrible momento, pensé que no querría hablarme.

—Hola —dije, sintiéndome nervioso. Verlo debería haberme molestado o tal vez asustado. Sin embargo, mi cuerpo no recibió el memo, porque estar de pie cerca suyo me encendió. Creo que era en gran parte por su aroma, nada me afectaba de esa forma como ese toque de sudor y aceite para armas. Se había quitado la camisa, dejando solo sus pantalones vaqueros, botas, y su cuchillo. Su bronceado me dijo que pasó gran parte del verano de ese modo.

Entonces vislumbré a esa pantera desaparecer dentro de sus pantalones y no te miento, me hizo sentir un poco mareado. Toda esa sangre corriendo hacia abajo,
¿sabes?

—Hola —dijo. Eché la cabeza atrás para mirarlo a la cara, recordé nuevamente lo grande que era físicamente—. Entonces, ¿vamos a joder por aquí o simplemente ir al punto?

—Um... No estoy seguro de entenderte —admití, aún fuera de equilibrio.

¿Qué persona sería capaz de prestar atención, confrontando un cuerpo como ese? Spear gruñó, exasperado.

—¿Vas a seguir mis reglas esta noche? —preguntó—. Si no, necesitas poner tu culo en tu auto, e irte.

—Voy a seguir las reglas —dije lentamente, con los ojos capturando su barbilla. No se había afeitado esta mañana, dejando solo el suficiente rastrojo para hacer una ligera quemadura en la piel de una chica—. Con una condición.

Levantó una ceja, claramente escéptico.

—¿Y qué sería eso?

—Dime porque eres tan controlador —dije, dejándolo salir. Los chicos estaban en lo cierto. O él se hallaba conmigo o no, pero de una manera u otra me haría cargo de la situación—. ¿Es porque estás celoso y me quieres para ti mismo, o porque Las Parcas son demasiado peligrosas?

Me estudió por un momento, su rostro pensativo. Luego pareció llegar a algún tipo de decisión.

—Vamos —dijo, y no era una invitación. Agarró mi mano y me arrastró casi a través del patio, hacia la gran tienda construida contra la pared del fondo. Cercada por tres lados, el frente se hallaba abierto a los elementos, casi como una cochera enorme.

En el interior el aire era mucho más frío, y daba un tipo de privacidad. La mitad del edificio almacenaba motos en diferentes estados de conservación, incluyendo varias que parecían ser poco más que decoración. Contadores se alineaban en la parte trasera, y todas las herramientas imaginables colgaban de las paredes. También había algunos trozos más grandes de equipos de energía, incluyendo un enorme taladro de prensa, una rueda de rectificar, y otros que no podía empezar a identificar. Una pista había sido montada en el techo, con un polipasto de rodadura colgando de ella.

En el otro lado del edificio se hallaba una camioneta y otra vieja van de carga. Los contadores se extendían en esa zona, junto con ganchos para más herramientas. Spear me tiró encima entre la camioneta y la pared del fondo. A pesar de que la fiesta continuaba a un par de cientos de metros de distancia, nos sentíamos totalmente aislados. Pensé en la advertencia que me dieron sobre no ir a ningún lugar.

¿Eso aplica a Spear, también?

Mi instinto me dijo que no estaba seguro si me encontraba a salvo con él ahora mismo... No físicamente en peligro, por su puesto. Nunca me golpeó. Pero me hallaba condenadamente seguro de que me arrepentiría de haber venido aquí con él.

No es que me hubiese dado mucha opción.

Spear levantó las manos, enmarcando mi cara y estudiándome de cerca. Se lamió los labios, mis ojos se fijaron en ese aro suyo una vez más cuando dio un paso adelante en mi espacio, empujándome hacia la furgoneta. Me hizo perder el equilibrio, y me tropecé. Spear se agachó y me agarró del culo, impulsándome, me levantó y me aprisionó contra el vehículo, mi sexo presionó el suyo, mis pecho contra su pecho. Lo abracé por su cuello y mis piernas se engancharon a su cintura para mantener el equilibrio.

Descendencia || seungbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora