Cap. 22: Encuentros

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— ¿Estás seguro de lo que me estás diciendo Diego?

— Si, el maldito edificio fue explotado. Cinco, esto fue una trampa, ellos sabían que tu irías

Cinco paso sus manos por su cabeza y bufo frustrado.

— ¿Porque harían eso? Yo no tengo enemigos

— ¿Estás seguro? —Cinco lo miro confundido— Te has estado juntando con _____, ella es alguien que quieren matar, ¿pondrás en peligro tu propia vida para ayudarla?

— Hay por Dios —rio amargamente— Esto es lo que ellos quieren, quieren que me aleje de ella, no deben ser tan estúpidos, si sabían que yo estaría ahí, saben que yo la estoy protegiendo

— Eh... chicos... —dijo Klaus viendo la ventana—

— ¡Es por eso que debes alejarte! Te mataran si no te alejas

— Chicos... escúchenme...

— ¡Pues no! No me importa morir, no me alejare de ella y menos ahora

— ¡Chicos! Cállense y escuchen, hay una maldita camioneta negra a fuera desde que Cinco llego

— ¿De qué mierda hablas Klaus? —dijo Cinco, pero antes de decir más la puerta fue tocada—

— No se muevan... —susurro Diego sacando su arma— Atrás de la puerta, ya...

Los chicos lo hicieron, y Klaus quiso avanzar con Diego, pero Cinco lo detuvo tomándolo del brazo.

— No te hagas el maldito héroe, no voy a perder a otro hermano —murmuro—

Diego se acercó lentamente a la puerta y tomo la manija, tomo aire y abrió, pero...

— No hay nadie... —bajo su arma—

— ¡Diego cuidado! —grito Cinco—

Cinco tomo a su hermano y lo adentro al departamento, el habia visto a alguien que apuntaba con un arma.

— ¡Puta madre! —grito Klaus cuando los disparos gobernaron el lugar— Mierda...

Los chicos se colocaron en el piso mientras los balazos no pararon, Diego no tenía muchas balas y tampoco armas, entonces hubo otros disparos algo lejos del lugar.

Cinco asomo la cabeza por la ventana y entonces la vio.

— ¿Que hace la desquiciada aquí?

Cinco se teletransporto fuera del departamento encontrándose con Laila, quien al verlo rio.

— ¡Enano! Tanto tiempo sin verte, que gusto

— Me encantaría decir lo mismo... ¿qué haces aquí?

— No creo que debamos discutir eso ahora... maldición...

Varios hombres lo habían rodeado, Laila tiro su arma pues ya no tenía balas, miro a Cinco y el a ella.

— Que empiece la diversión enano, como los viejos tiempos

Laila comenzo a pelear con un tipo mientras Cinco hacia lo mismo, en un momento un tipo iba a atacar a Laila, pero Cinco se encargó de ello.

Al percatarse de Laila, Diego tomo su arma y apunto, disparando a los pocos tipos que quedaban.

— ¡Carajo, Laila! ¿qué haces aquí? —dijo Diego con cierta molestia—

— Oh... ¿no puedo venir y visitar a mi novio? que mal agradecido, mira que yo me deshice de esos idiotas —bufo— En fin, ¿quiénes son estos tipos?

— No te interesa, bruja —Escupió Cinco—

— ¿Ah? Enano de mierda...

— Ya deja a mi hermano en paz Laila —dijo Diego irritado—

— ¿Yo? Pero si es el...

— Oigan, yo estoy bien, gracias por preguntar —dijo Klaus con cierta molestia—

— Debo irme, tengo que ver que _____ este bien

— Alto ahí Cinco —se interpuso en su camino— A esto es a lo que me refería, te estas poniendo en riesgo

— Diego quítate y déjame ir a ver a ____ ya, esto es importante

— Mas importante es tu vida

— Aguarden, ¿quién es _____? ¿Es tu amante Diego? —dijo Laila golpeado a Diego—

— ¡Auch! Laila, no me golpes

— No es su amante, ella es mi... mi novia

Al oír esto, todos lo miraron asombrados, hasta que Laila soltó una carcajada.

— ¿El enano tiene novia?

Cinco solo volteo los ojos para luego comenzar a irse del lugar.

— ¡Cinco que hago yo con los cadáveres!

— ¡No lo sé y no me interesa, eres policía, hazte cargo!



Venganza y sufrimiento {Cinco Y Tn}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora