Lo único que tengo

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Con frialdad la chica tricolor mira al hombre que de pie le sonríe.

Hungría- ¿Por qué me miras así szilva?- se acerca lentamente a la chica que aun esta en el suelo. baja de cuclillas cuanto esta frente a ella.

Mex- ¿Qué vergas quieres conmigo Hungría?

Hungría- Después de todo este tiempo que estuvimos separados. Hasta prepare una cena para los dos.- toma un mechón de cabello. México retira su cuerpo alejándose un poco. Mira la improvisada mesa con una botella de vino tinto.

Mex- Ya no estamos casados. El juez me dio mi libertad. Ya no te pertenezco.- le mira de forma agresiva, furiosa. Por un instante el hombre se sorprende.

Hungría- Oh si, el juez. Ese que me quito mi dinero, mis propiedades, mi estatus, todo. Pero no a ti. Tú eres todo lo que me queda. Mi dulce szilva. ¿Qué no sabes que tú eres y serás siempre mía?- toma por el cabello a la chica. Ella hace un gesto adolorido.

Hungría- Quizás solo tu cuerpo tiene que recordarlo.- olfatea su cuello recorriendo la playera mostrándose la cicatriz de la mordida. Pasa su lengua por esta.

Mex- ¡Aléjate de mí!- lo aleja con ambas manos colocadas en el pecho del hombre.

Hungría- Porque... ¿Por qué no reaccionas? Aun con medicamentos nuestro lazo debería de funcionar. Tus feromonas ya deberían de... a menos que... ¿estas embarazada?

Con las manos abraza su estómago. Esto confirma las sospechas de Hungría.

Hungría- Tú, maldita zorra, debería...- después de darle una bofetada que tira a la chica al suelo detiene su mano en el aire.

Hungría- Perdóname szilva, no quise lastimarte. Perdí el control. Sabes, este tiempo alejados me ha servido para reflexionar. Eres omega y tenías necesidades. Y yo no estaba ahí para cubrirlas. De ahora en adelante todo estará bien. Seré un mejor esposo. No me separare jamás de tu lado. Todo será perfecto. Como siempre debió de haber sido. Solo queda deshacernos de ese pequeño inconveniente.

Rusia está mirando al suelo con las manos en su cabeza. Su corazón palpita sin parar. Alemania le ofrece una taza de té.

Ale- Amigo, toma algo.

El chico solo niega con la cabeza. El timbre de la casa suena. Tras un suspiro el alemán deja la taza en la pequeña mesita frente a Rusia. Al abrir la puerta España entra.

España- Muy bien chavales. Ahora me dirán que está pasando. México no contesta, Rusia me hablo preguntando por ella. Si saben dónde está díganlo.

Rusia-No sé.

España- ¿Qué?

Rusia- No sé dónde está, o como esta. No sé nada. Se supone que la cuidaría, que la protegería. Y...no sé.

Ale- Rusia. Pero es verdad señor España. No sabemos nada de Mexiko. Ya tengo a mis hombres buscando. Le prometo que la encontraremos.

España- ¿Qué? Ella... No, ella no. Es lo único que tengo.

Ale- Tranquilo señor. Sabe, debería irse a casa. Puede que ella ya este o llegue allá. Lo acompañaran unos guardias, solo como protección.

España- ¿Para qué?

Ale- Bueno. Me informaron que Hungría estaba en la zona. Pero usted no tiene que preocuparse. Él no se acercara a usted.

Rusia- Hungría, ¿Hungría regreso? ¿Cuándo ibas a decírmelo?- toma por la camisa al alemán lo eleva unos centímetros del suelo. Su cara es molesta, pero llena de dolor.

Ale- ¡Iba a decírtelo! Todo paso tan rápido. Amigo, Rusia, hermano, tranquilo. Yo también estoy preocupado por ella. También ella es importante para mí. – colocando sus manos sobre las del chico logra calmarlo.

Rusia- Yo, perdón.

España- Él la tiene- murmura.

Ale- Estamos siguiendo los movimientos de GPS del teléfono de Mex. 

España- Yo, yo me voy. Tiene razón. Quizás ella ya está en casa. Cuando la vea le daré una buena regañada por habernos asustado.

Ale-Lo llevare.

España- No hace falta. Puedo irme yo solo. –da una pequeña reverencia con la cabeza antes de retirarse en su silla.

Rusia- No me siento tranquilo que el señor se vaya solo.

Ale- Tienes razón. Me asegurare de que llegue al departamento. Tú trata de calmarte.

Rusia- Si, lo intentare.

Con un ligero golpe en el hombro del ruso sale de la casa. Rusia se deja caer en el sofá mirando al techo.

Rusia- Soy tan patético. Prometí que la cuidaría. Y solo agredo a la única persona que me ayuda. sigo siendo un inútil patético. Ella, ella es lo único que me importa, lo único que tengo en realidad. ¿Que estoy haciendo aquí? Voy a buscarla. Así tenga que buscar en cada centímetro de la tierra voy a encontrarla. –tomando las llaves de su auto sale del lugar.

Alemania sigue el taxi en el que viaja España.

Ale- Este no es el camino al departamento de Rusia. ¿A dónde va señor?

El auto se aleja mucho de la ciudad, muy a las afueras. Luego de un largo trayecto el vehículo se detiene.

Chofer- Señor, ¿seguro que se quiere quedar aquí?- baja la silla de la cajuela. Intenta ayudar a España pero este niega. Sin mucho esfuerzo el español se acomoda.

España- Si, seguro. Tome, quédese con el cambio.

Chofer- Gracias señor. – da un saludo con la mano alejándose.

España se despide con la mano sonriendo. Cuando el auto ya está lo suficientemente lejos deja de sonreír. Coloca sus pies en el suelo. Da una profunda respiración y se pone de pie. La mandíbula de Alemania se cae en su auto.

Ale- El... ¡¿El señor España puede caminar!?

La promesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora