La promesa

Solo tú

2 meses. Ese era el tiempo que llevaban en aquella pequeña ciudad. No había muchos comercios pero era tranquilo. Un nuevo comienzo para los tres.

Acordaron que ella trabajaría y España cuidaría del bebe. Aun cuando el bicolor le señalo que era demasiado pronto. Pero el poco dinero que llevaban lo ocuparon para encontrar un techo donde dormir. El niño necesitaba cosas. Y con la falta de medicamentos el dolor de España había vuelto. Él no podría.

Por suerte ella encontró trabajo en un pequeño comedor. La jornada era larga y el salario poco pero trataban que funcionara. No en todas partes le darían empleo a una omega.

En el transporte México talla sus ojos en un esfuerzo por no dormirse. Izan casi no dormía por las noches. Para ella eso era normal, extrañaba a Rusia.

Mex- (Y dicen que los bebes no se dan cuenta de nada. Mi pobre ángel. Tal vez su padre le haya despreciado, pero tiene una madre y un abuelo que le darán tanto amor que jamás recordara a ese mal hombre. Juro que pasare mi vida entera compensándolo.)

Ese pensamiento le llena de vitalidad. El transporte en el que va sintoniza una estación de radio. Comienza a sonar "La promesa" de Melendi.

Mex- (Esa...esa canción. Rusia siempre me la cantaba, decía que era nuestra canción. Ya deja de pensar en ese hijo de peppa pig. Él está feliz con China.)

Limpia de sus ojos las lágrimas que amenazan con salir. Solo desea que el bus vaya más rápido para ya abrazar a su pequeño.

En la pequeña vivienda España termina de barrer el interior del lugar.

España- Si o no se ve mejor. Hasta se siente más fresco. Ya no te queda ninguna mamila. Comes igual de bonito que tu madre. Pero no hay que preocuparnos, ella ya viene así que mientras entretente con esto.

Coloca en la boca del pequeño un chupón de miel. Este lo chupa sin quitar su gesto serio.

España- Es bueno que seas tranquilo, así las vecinas chismosas no se dan cuenta si estamos o no. Desde que se enteraron que soy alfa no dejan de acosarme. Ahora a ver que hare de comer.

Mujer- Buenas, ¿hay alguien?- una mujer se asoma por la puerta.

España- (invoque al diablo) si, pase.

Mujer- Pensé que no había nadie, como esta tan silencioso.

España- No hacemos mucho ruido.

Mujer- Que lindo niño- oprime con fuerza los cachetes de Izan- Señor España, una pregunta indiscreta, ¿la chica que vive con usted es su esposa o su compañera?

España- Es mi hija.

Mujer- ¡¿Su hija?! Pero si usted se ve tan joven.

España- Gracias por el cumplido.

Mujer- Dígame, ¿no ha pensado en tener una compañera nuevamente?- se acerca replegando su cuerpo contra el hombre. El trata de alejarse.

España- Este, vera, yo...

Luego de un pequeño ruido un olor comienza a esparcirse. La mujer se lleva la mano a la nariz.

Mujer- Creo que necesita un cambio.

España- Si, es verdad. Debería irse.

La mujer sale.

España- Gracias cachorro, me salvaste. Eres igual a tu padre. Si solo por tus franjas es que no te pareces, pero tienes toda la cara de Rusia. Estoy tratando de hacer memoria si URSS me platico de alguien parecido. URSS es tu abuelo. Te platicare de él y de tu padre aunque a tu madre no le guste. Porque pase lo que pase siempre serás su hijo. Sabes no creo que él pensara que no eras su hijo. Te consentía tanto, te mimaba. Y dime loco pero no creo que él la engañara. Pero si Mex dijo que la engaño debe de ser cierto, ¿No?