2 - Cigarrillos con charla

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6:10 p.m ciudad Nockfell

El rubio por fin podía volver a casa luego de tanto caminar de un lado a otro, y aunque esto era en cierta parte malo pues no quería encontrarse con su padre apenas entrar y escuchar sus múltiples críticas estaba sumamente agotado como para caer rendido en la cama de solo tocar la suave almohada. Y es que ¿Como no estaría tan cansado? El joven a órdenes de su padre luego de salir de la segundaria Nockfell iría a entregar folletos a toda la gente que pudiera, mientras más mejor y aunque sería fácil tirarlos mentirle a su padre no era una opción a veces se sentía vigilado aún si él no estuviera con su escalofriante presentía creía fielmente que de alguna manera que aún no comprendía lo sabría tarde o temprano, mayormente temprano por lo que Travis se mantenía paranoico y en contaste alerta si es que hacía algo inadecuado... Entonces, el rubio camino de aquí para allá entregando folletos religiosos, incluso entrando a los departamentos Adison donde sabía que vivían Larry, Todd y... Sal Fisher, no sabía porque debía estar ahí pero dejo un sobre en la puerta del muchacho apenas lo escuchó huyó lo más rápido que podía, pero que suerte, cuando salió disparado del elevador para salir de ahí choco con su enemigo mortal (uno de ellos)... Un chico alto, de caballera marrón larga y bien cuidada, nariz pronunciada, lunar en la mejilla, esa camisa extraña, cejas pobladas y claro esos ojos que le decían que lo iba a matar por lo que pasó en los pasillos.

- Travis Phelps... El idiota que golpeó a mi mejor amigo...

El castaño frunció sus pobladas cejas y cerró sus puños mirando al chico desde el cielo, él ni siquiera le respondió, intentó escapar de él pero en seguida le tomo del suéter lo agarró del cuello de esta prenda y bufó con sus caras cercanas.

- Aléjate metalero sucio

Se atrevió a decir el rubio, fingiendo un gran asco por el metalero que aumentaba más su molestia, podría golpearlo en los solitarios pasillos justo ahora Sal no podría detenerlo y el chico no se podría escapar pero justo en el preciso momento de tomar una decisión el Walkie Talkie en su bolsillo fue como un milagro que salvó a Travis de ser rubio muerto. Lo soltó gruñendo un poco y tomo el aparato presionando un botón para así responder al llamado de su mejor amigo.

- ¿Sally Face?

_ Larry Face... ¿Dónde estás viejo? Te estoy buscando desde hace unos minutos, encontré algo raro en mi puerta un sobre o algo así... De todas formas, tenemos que seguir con la investigación de hoy...

- Si perdona... Me quedé hablando con las ratas... Ya voy, nos vemos frente al apartamento de Todd. Corte

Apagó y guardo nuevamente el aparato, enseguida volvió su atención a Todd y sonrió con las cejas fruncidas.

- Viejo, te dejo ir porque mi hermano me necesita pero llegas a golpearlo de nuevo y estás muerto...

- tch lo que tú digas...

Se levantó bastante malhumorado porque el metalero de "terribles fachas" fácilmente lo podría haber aniquilado ahí mismo como pisotear a una cucaracha, y para colmo le sonrió, posterior a eso se fue de lo más relajado y el rubio hizo lo mismo aunque no tan tranquilo como él, le quedaban unos pocos folletos pero estaba tan cansado que directamente los boto en un bote de basura en los departamentos y se fue a casa, pasando por los caminos y percibiendo el sol esconderse entre las montañas, el cielo naranja era muy hermoso a estas horas y el viento algo frío que movía delicado sus hebras de cabello le daba un respiro rejuvenecedor a sus pulmones pero el camino se le hizo tan corto cuando ya estaba frente a esa puerta tan familiar para él, saco sus llaves y intento entrar pero en seguida la puerta fue abierta por alguien más, una silueta oscura más alta que él se hizo presente espantando un poco al joven pero ya luego de unos segundos noto que era su padre, no era tampoco lo mejor pero al menos no era un demonio de ojos rojos, aún así su cara de enojo y seriedad le decía desde ya que no sería una noche tranquila en casa de los Phelps, nunca lo era, otra noche pasó con insultos y un par de golpes hasta que Travis logro llegar a su habitación a rezar mientras lloraba y rogaba perdón pues al parecer, su padre se dio cuenta que había tirado los folletos a la basura de alguna forma, se quedó dormido casi fuera de la cama sin cubrirse ni ponerse el pijama solo quería dormir y pagar ese horrible día plagado de desfortunia...

El chico tras una máscara - Sally x Travis Sally FaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora