Cap 7 - Alma atormentada

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Su alma estaba destrozada, atormentado por aquello que tuvo que hacer, cargando con las pesadas cadenas que lo hundían en el suelo fue definitivamente uno de los peores en su condenada vida. Podía ver aún en la oscuridad de la noche sus manos cubiertas de sangre, cuyo líquido carmesí había alguna vez pertenecido a su amigo... A la lejanía podría escucharse aún con sorprendente claridad los gritos de dolor y tristeza del peliazul que tanto amaba sumido en la desgarradora perdida en la que cualquiera acabaría demente, no se permitiría correr hasta él y abrazarle para así intentar consolarlo era un demonio con la carencia de alma y corazón al haber sido él mismo, el asesino del hermano del menor, se arrepentía considerablemente y como un niño quería también llorar y gritar pero aún con eso no podía mostrar debilidad ante los demás miembros de la secta que a su alrededor caminaban ocultos en túnicas oscuras, en la penumbra con el cadáver del metalero siendo llevado con cuidado hacia cierto misterioso lugar, el rubio solo calló en completo silencio con sus manos juntas como si estuviera rezando y sus dientes siendo presionados entre si por su descontento, por la terrible ira que su padre le estaba provocando. Luego de adentrarse en el bosque y dejar al resto de personas encargarse del cadáver, casi que corrió iracundo hasta su "hogar" azotó la puerta al entrar y enseguida Kenneth lo vio frunciendo las cejas.

- ¿Ya lo hiciste?

Las lágrimas mezcladas con la ira brotaron de sus ojos marrones, lo apunto temblando del enojo que poseía tanto en él estaba acumulado que no dudo mucho en gritarle.

- ¡Maldito seas padre!

El hombre se sorprendió instantáneamente, pero a Travis no le importo tan solo jalo de su crucifijo rompiendo la pequeña y endeble cadena para así tirar el objeto al suelo, y lo piso luego tiro la daga ensangrentada.

- ¿¡Es suficiente respuesta para ti!? Me haz hecho asesinar a uno de mis amigos, pero ¿Sabes que? No quiero formar parte de este maldito manicomio no más, protegeré a Sal de tus garras me da igual DIOS NO EXISTE EN ESTE PUE-

El hombre finalmente actuó, frente a lo histérico que estaba su hijo una pelea comenzó en la casa Phelps, el mayor se abalanzó en su contra tomo la daga anteriormente utilizada la alzó en el aire y mientras sometía al rubio fuera de si lo mejor que podía bajo la daga incrustando está en el ojo del menor, el grito que salió de él lo dijo todo pero seguía con vida no llego al cerebro y esas no eran sus intenciones, se levantó del suelo al que ambos cayeron en plena pelea tomo una botella de alcohol y dió un sorbo con una expresión de completo desinterés.

- niño malcriado... No vas a salir del culto ni aunque lo desees con toda tu alma... Y si tanto quieres traicionar al culto...

Volvió a acercarse a él con la botella aún en mano, que luego utilizo rompiéndola en la cabeza del chico, lo obligó a tener ese mismo ojo abierto en todo momento ocasionando que el alcohol hiciera contacto. Los gritos se hicieron presentes, recorriendo toda la casa de esquina a esquina. Lo siguiente que Travis recuerda antes de desmayarse por dolor infringido por su propio padre, nunca lo olvidaría en su vida.

- Ojo por ojo hijo mío... Sal Fisher es el siguiente en la lista...

Su vista se oscureció por completo, mientras que escuchaba los pasos del mayor alejándose de ahí. No recordaba más, tan solo lo que pudo haber soñado... Sal con un cuchillo, era tan extraño le parecía perturbador pero tan real como si enserio estuviera pasando, caminaba y ingresaba en todos los departamentos habitados para asesinar a quienes estaban dentro. Travis no podía actuar ni cambiar nada solo podía ver, como el peliazul de prótesis mataba a cada uno en los apartamentos Adisson... Hasta que escucho las sirenas de policía en aquel sueño y despertó de un salto, seguía en la sala en el suelo de madera... Camino torpemente en dirección al baño del primer piso para verse en el espejo y así ver su ojo el cuál ya no funcionaba por obvias razones, se había quedado ciego de este, tan solo se puso unas vendas intentando cuidar lo mejor posible la herida hasta que pudiera tratarla con más dedicación después, algo más lo tenía intranquilo y luego de pensarlo mucho corrió hasta los apartamentos Adisson, quería creer que solo era una pesadilla tonta pero al llegar se encontró con una escena no inusual, más que eso... Sal estaba siendo esposado pero se notaba que tenía manchas de sangre, en sus zapatos, en su camisa y pantalón incluso en su prótesis, ni siquiera el peliazul lo vió, tan solo entro en el auto de policía obligado por las autoridades que intentaban controlar la situación, pudo ver a Ashley llorar desconsoladamente, se culpaba así misma por haberlo dejado esa noche pensaba fielmente que era su culpa Travis solo podía ver todo incrédulo y a la vez realmente afectado.

El chico tras una máscara - Sally x Travis Sally FaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora