Los Elegidos

Sipnosis

Dayana era un ejemplo que nadie, absolutamente nadie debía seguir, podría ser tentador seguir sus pasos, sin embargo, debes estar listo para sentir el vivo dolor por cada célula de tu cuerpo, sumida en las drogas, y privada de ellas, era una tortura, era lo único que sabía de sí misma, que estaba siendo torturada.

Ericsson era el claro ejemplo de que si no tienes libertad no tienes esperanza, todos lo sabían, pero él lo sentía en carne viva, quería que su pequeño infinito durará más, al igual que quería tener más números y más de los más.

Sam era... ¿Cómo alguien tan inteligente pudo caer tan bajo? Ni él lo sabía, pero lo que sí sabía, es que una vez teniendo un principio no tendría un final.

Alexa, Alexa... ¿Quién dijo que todos tienen un propósito en la vida? Alexa era el vivo el ejemplo de que eso era una mentira, puedes elegir tener un propósito o puedes elegir destruirte buscándolo, ella eligió la primera opción y termino peor de lo que terminaría la segunda opción.

Samantha o Sammy, bueno... ¿Ser feliz a tu manera o encajar en la sociedad? Samantha eligió la primera opción ¿y saben qué? Fue todo un caos, no le decían Samantha o Sammy, le decían suripanta, una mujer ruin y sin moral, si, así de mal resultó, pero... ¿A ella le importaba? De hecho, si no fuera por uno de sus amigos jamás se enteraba de que le decían así.

Terry, bueno, Terry era como un perro callejero, si le muestras suficiente amor jamás te llevaría la contra, si tu dices que la tierra es triangular, Terry lo creería o al menos no rechistaria, su coraje era tan poco como su poca estatura, solo vivía por el que dirán, el eligió encajar y ser amado por la sociedad y eso, eso era un completa tontería.

Royce siempre dice: ¿quién es más hermoso que yo?. Sin saber qué también era lo más caótico que podía existir.

Emma tenía una ambición con los rascacielos, los puentes, las terrazas altas, todo lo que sea alto que asegure una muerte segura captaba la atención de Emma, si la libertad le es negada, pues tendría que conseguirla por si misma. Deseaba tanto la libertad que no le importaba morir por ella, solo sabía que disfrutaría como nunca esos pocos segundos de la libertad que tanto deseaba.