Cap.23

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Sal en la herida

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Sal en la herida

Aradia

El movil en mi mesa de luz repica aun con los ojos cerrados intento tomarlo tirando todo lo que yase en ella, el hombre a mi lado gruñe por el ruido y logro tomar el movil, estoy sumida en un sueño y se me es imposible despabilarme tan facilmente, o asi lo creia.

LLAMADA ADEM.

—Los matos adelantaron la reunion para hoy, no podemos rechazar la tan inoportuna fecha ya que Palm Rivers se corono como la esposa de la mafia Matos, supongo que fue algún tipo de alianza por lo que sucedio ayer no se iba a quedar desprotegida luego de ver como masacraste a esa mujer en su boda.

—Lose Adem, supongo que lo
querran en su territorio y
al anochecer.

—Si, sera en su castillo y nuestra entrada es denegada.

—¡¿Que?! quien carajos se
creen para poner condiciones,
me vale una hectárea de
mierda sus estúpidas pautas,
yo soy la dueña de Sicilia
y si quiero ir con mi eunuco
con una correa dorada ire
porque a mi nadie me
dice que hacer!

—Va en contra de las reglas Aradia.

—Yo soy la jefa, la reina y yo
pongo las reglas así como
también me las puedo pasar
por el puto coño, ustedes
cuatro estarán listos al
anochecer o se las verán
conmigo!.

Corto la llamada arrojando el movil al suelo, quienes se creen malditos idiotas, salgo de la cama furiosa y Samael me mira como si fuera que no estoy ardiendo en mi propio fuego, me coloco mi bata de seda y salgo de la abitacion furiosa.

Camino afuera y me encuentro con mis escoltas, al ver que vengo brotando humo por las orejas se paran firme a darme el debido saludo.

—Buenos dias señora Donovan.—Saludan al unisono.

—Mi mañana acaba de empezar de la peor manera, aun no desayune y ya tengo un mal genio peor que el de Mario asi que les hare dos preguntas a los tres y espero que tengan buenas respuestas o los mandare a pasear a Eros todas las putas noches!.—Amenazo y los tres se ponen a la defenciva.

—¿La primera es en donde carajos esta Jerome? Dije que lo queria aqui antes de despertar y no estoy viendo su maldito rostro!.

—Valeska dijo que no podia abandonar su puesto en la mansion Moore, usted no dijo que podiamos traerlo a la fuerza y estabamos esperando a que despertara para proceder con sus demandas.—Tristan aclara la situacion de jerome.

Pero siento que eso no es todo.

—Bonito Aramis, solo mirame a los ojos y dime lo que deseas.—Hablo con voz dulce y sus pupilas apuntan para todos lados.

—Estaba con Isaac en una situacion muy poco varonil.—Mira el suelo y Cedric se pasa las manos por la nuca.

—Lo quiero aqui en veinte minutos, me vale si esta follando me lo traen aunque sea que este desnudo o muerto.—Demando y los tres asienten.

Duvessa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora