Extra V

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Una pizca de lujuria

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Una pizca de lujuria.

Aradia.

Las horas corren dentro de este lugar, todo pasa, las personas cambian o simplemente demuestran como son realmente.

Nada tiene sentido.

Paseo la mirada de aquí para allá buscando algún alivio, algo que me distraiga de lo que verdaderamente deseo hacer.

—Tal vez puedes hacer pilates—Alego Livinia sobre una bola de yoga.—espera, yo creo que eso es demasiado arriesgado para ti ¿Que tal si tienes caminatas nocturnas?.

La nuca me pica, tengo curiosidad y no me contengo que ya me estoy encaramando a la ventana.

Ignore su conversación de la que no soy parte y observo por la ventana el día, las nubes... el maldito jardín hasta encontrar lo que llevo asechando por semanas.

Está de pie debajo del árbol con el móvil pegado al oído, Devon se le pega a la pierna mientras Draven está a metros haciendo no se que cosa.

Su espalda amplia, el cabello oscuro le brilla bajo el sol y la camisa blanca se ciñe a sus mus músculos que parecen tallados por un puto escultor.

No aparenta su edad.

—¡Lucifer!.—Mazikeen me gritó.

Ella estaba igual que Liv, sobre una bola de yoga pero está era de un diferente color.

—¿Que? ¿Qué pasa?.

Me moví inquieta pensando en muchas cosas, necesito muchas cosas.

<<Dios.>>

—¿Que tienes? No hablas, emites suspiros como si estuvieras en celo y te la pasas pegada a la ventana.—Furiosa me señalo el lugar en donde me encuentro.

Bueno.. no miente, pero no estoy en celo.

O si.

—No se de qué me hablas, solo vine a tomar algo de aire fresco..

—El aire se llama Samael—Livinia alzó ambas cejas haciéndome esos gestos que no me gustan.—alias Kalon, alias destruye uteros dos mil.

—No me digas ¿Siguen sin hacerlo desde la última vez?.

Marlene me observo con esa sonrisa pegada al rostro y sus ojos llenos de curiosidad.

No debí haberles contado.

—Fingiré que no me hablan.

Volví a darles la espalda esperando que mí esposo siga en donde lo espiaba desde la casa pero se encontraba viéndome.

Alzó una ceja sin entender porque lo estaba acechando y se metió a la casa con ambos niños.

<<Mierda.>>

Duvessa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora