En La Oscuridad (HisoIllu)

01

⚠️⚠️⚠️ADVERTENCIA⚠️⚠️⚠️: Ligera mención de abuso infantil

Intentaba mantenerse lo más sereno posible. Haciendo su mejor esfuerzo para no mostar el nerviosismo que reptaba por su espalda al verse encadenado a la pared de aquel sótano, sus manos completamente cubiertas e inmóviles con algún tipo de material que al parecer le impedía usar nen.

— Te quedarás aquí por un tiempo. No quiero que interfieras y sigas arruinando mis trabajos. De nuevo. — la voz de Illumi tenía el mismo timbre impávido de siempre, sin una sola inflexión o emoción.

— Illumi... sé que a veces mis bromas son desastrosas, y ''molestas'', como sueles decir. Pero esto ya no es gracioso. — contestó, haciendo énfasis en el corto segmento de hierro que lo mantenía a poco más de un metro de la pared de concreto.

— No estoy bromeando. Y no serás capaz de romper las cadenas. Los grilletes que le puse bloquean tu nen y fuerza.

— Realmente... no es divertido. Esto no es un juego justo.

— De nuevo, no estoy jugando. Además, viniste aquí por tu propia voluntad sabiendo lo que iba a hacer. Te veías emocionado cuando mencioné las cadenas. — Hisoka podía jurar que el tono ínsipido de Illumi comenzaba a irritarlo como nunca.

— Sí... pero obviamente hubo un malentendido aquí.

— Ya debo irme. Si de alguna manera logras salir, te traeré de vuelta, te paralizaré antes de colgarte de los pies. Regresaré en cuatro días. — Hisoka observó la figura de Illumi voltearse, agarrando el borde de la puerta de metal para cerrarla mientras salía. En ese momento, se dio cuenta de que aquello en verdad estaba sucediendo, notando con creciente horror que se quedaría allí por cuatro días, solo.

En la oscuridad.

— Espera. — de alguna manera logró hacer que su tono de voz se escuchara casual, en su manera bromista de siempre. Illumi lo miró de reojo, indicando que le prestaba atención. — No serás tan cruel de dejar a tu querido ami — aliado en completa oscuridad por tanto tiempo~. ¿Podrías dejar al menos la puerta abierta?

Illumi no solía sonreír. Así que la pequeña curva de su boca se le antojó macabra, maliciosa. Sus ojos negros, punzantes, parecían haber notado lo que intentaba esconder. Hisoka maldijo internamente, porque su desesperación se había filtrado a través de su aroma e Illumi se había percatado de ello.

— ¿Por qué estarías austado de la oscuridad, si eres la cosa más aterradora en ella? — y formulando aquella pregunta, salió de allí, cerrando la puerta tras de sí; un sonido de click indicando que le había puesto seguro.

Entonces, por unos segundos se quedó inmóvil, en completa oscuridad, en ceguera absoluta, con el sonido del movimiento de las cadenas martillandole la cabeza. Sus instintos más primitivos le gritaban: <<Tengo que salir de aquí.>>

Así que, plantó un pie en la pared a modo de apoyo y comenzó a tirar con todas sus fuerzas, notando la inutilidad en ello, pero aún así no dejaba de intentarlo, agarrando los grilletes con los dientes, tratando de romperlos, la piel de sus muñecas llenándose de heridas. El tintineo de las cadenas y sus gruñidos de esfuerzo resonaban por la habitación con odiosos ecos.

Hisoka podía jurar que aquel tintineo era el sonido más espeluznante que había escuchado en su vida.

Los recuerdos vinieron a él. Más vívidos que nunca. El sonido de unos zapatos rezonaba en su mente por encima del de las cadenas, una mano grande y sudorosa acercándose a él, un fuerte y ácido olor a alfa le picaba en la nariz, el pesado aliento golpeando su cuello.

Y se sintió de nuevo como ese niño abandonado que alguna vez fue. Con las manos encadenadas, dejándolo a merced de lo que sea que estuviera allí en ese cuarto oscuro.

Se dejó caer de rodillas en el suelo, con la última pregunta de Illumi rondando sus pensamientos. Una risa sin gracia salió de él.

''¿Por qué estarías austado de la oscuridad, si eres la cosa más aterradora en ella?''

— Oh, Illu. Eres tan cruel.