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Envió un mensaje avisando que la misión se había completado. En frente de él se extendían los cádaveres, perfectamente apilados, cabezas reposando sobre las mesas del lugar, agujas clavadas en ellos, un trabajo realizado pulcramente y con rapidez.

— Él habría disfrutado este trabajo. — susurró, dejando salir a la luz sus pensamientos, últimamente lo hacía mucho. Aunque era poco apropiado, no se contenía de hacerlo. Después de todo, estaba solo. No había nadie que pudiera escucharlo. Algunos otros los reservaba para sí. <<Estaba bien solo.>>

— Él habría hecho un desastre. — <<Tan molesto.>> Apretó con algo de fuerza el télefono, un crack se escuchó. Los ojos dorados de Hisoka vinieron a su mente, su sonrisa traviesa, seguro que tendría manchas de sangre por algún lugar <<Se habría reído de esto.>> — Eso me habría gustado.

Con un fluido movimiento lanzó unas agujas hacia la ventana de cristal, rompiéndola. Con esa acción contuvo el impulso de llevarse una mano a la boca. <<Suficiente.>> Se paró en el marco de madera de la ventana, observando a la brillante ciudad de Yorknew y a la luna en cuarto menguante sobre el cielo nocturno.

— No necesito que alguien voltee a verme cuando entro en la habitación. No necesito seguir en la mente de alguien cuando me voy. Entonces por qué...— Illumi inhaló, cerrando los ojos. El aroma de Hisoka llegó a él cómo si lo tuviera enfrente, el olor fuerte pero dulce; a Bumgee Gum, a muerte. Siempre habían sido así, se encontraban el uno al otro con facilidad, reconocían sus aromas entre todos los demás y localizaban el nen del contrario cual rutina del día a día.

— ¿Por qué estoy tan aproblemado por este silencio? — saltó de la ventana, cayendo en algún tejado, y siguió su camino así, saltando y corriendo entre los techos de los edifcios, viendo a la gente pasar apresurada y siguiendo el rastro del aroma del alfa que había capturado. Un ligero apretón de su mano le provocó otra grieta al teléfono.— No existo fuera de las paredes de esta vida. Para nadie. <<Eso está bien>> O tal vez estuvo bien. ¿Lo estuvo realmente? <<Soy un fantasma.>> <<No necesito ser visto.>>

Se detuvo en el techo de un pequeño local cercano a una esquina de cruce peatonal, distinguiendo la figura de espaldas de Hisoka entre todas las demás personas. No tenía el cabello peinado de la manera usual, ni llevaba puesta ninguna de sus extravagantes ropas que tanto lo caracterizaban y parecía conversar con una chica al lado suyo. Pero Illumi sabía que era él, algo más intrínseco y primitivo le decía que era él, sus manos temblaron pero no le prestó atención a eso. Su aura se disparó en oleadas mortales, sentía que su interior bullía en furia y en otras emociones que no debía sentir, pero que desbordaban de él sin que pudiera detenerlas.

— Necesito que... me respondas. Hablame.

<<Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.Mírame.>>

Entonces Hisoka lo miró, volteando levemente. Sus ojos dorados sosteniendole la mirada. En ese momento, Illumi sintió que todo se detenía, su aura dispersandose hasta reducirse a nada. Fueron solo unos segundos, casi un minuto. Y sin decir palabra, Hisoka volteó al frente y siguió su camino. Illumi se quedó estático, el tiempo parecía haber continuado para todos menos para él, el télefono en sus mano rompiendose finalmente debido a la furiosa fuerza aplicada.

— Tú. Si solo soy un espíritu que puedes desechar... Te cazaré hasta que dejes de ignorar mis susurros.


En La Oscuridad (HisoIllu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora