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— Tenemos que hablar — ya estuvo escuchando esa voz toda la semana, no quiere más. Suelta un suspiro sacando un par de libros de su casillero.

— Tal vez pero no quiero — Rubén cierra con fuerza la pequeña puerta antes de ver a Quackity

— Sabes que no fue mi culpa — le dice mientras lo sigue, ¿a donde camina ahora para que el no vaya?
Voltea a su derecha y los dos detienen su paso.

— No, no lo eres pero verte me recuerda el hijo de puta que es Samuel — se le escapa un nuevo suspiro — Te quiero patito, más que nada y te agradezco haberme hecho feliz tanto tiempo pero necesito tiempo para ordenar mis ideas. — vuelve a girarse dispuesto a dejarlo ahí, ya no quiere más ese picor tonto en los ojos.

— Rubius... no ¡Rubén! — pero ya ha dado la vuelta en el pasillo, más vale que sea rápido si no quiere que vea donde está así que empuja al chico que acaba de abrir la puerta del salón de audiovisuales hacia adentro otra vez y le tapa la boca.

Escucha sus pisadas rápidas pasar fuera mientras el se agacha sin soltar al extraño. Quiere llorar de nuevo pero esta tan cansado, lo suelta cuando ya no lo escucha más — Lo siento — susurra y no sabe si para si mismo o como disculpa para el extraño.

— ¿Que te tiene tan triste Rub? — le suena la voz, cuando voltea a ver se topa unos bonitos ojos cafés adornados por unos anteojos circulares que hacen ver sus pestañas más largas.

– Juan, no sabía que eras tú. De verdad lo siento — debería pararse pero en lugar de eso se sienta, el castaño lo hace a su lado.

Deja de verlo a los ojos cuando recuerda las imágenes que ha visto y se maldice por ponerse en esa situación el solo porque a pesar de todo no quiere irse.

Rubén frunce el ceño, ¿Juan habrá visto sus fotos? Espera que no. — ¿Que estás haciendo aquí? — Ladea la cabeza.

– Ah, me saltaba la clase. — suelta una risita que hace sonreír al otro — creo que la de economía me odia. Literalmente.

— No me digas ¿Claudia? — el chico rueda los ojos lo que lo hace reír, ahí está su respuesta — tampoco le caigo bien.

— ¿tu por qué no estás en clase? — Rubén se recarga en la puerta después de otro suspiro.

— Creo que lo sabes —

Juan hace una mueca — Lo siento mucho — el y su gran boca. Pero el otro no parece tener la intención de irse.

— Me gusta más que simules que no lo has visto, me siento menos asqueroso.

El de lentes frunce el ceño — ¿por que te sientes así?

— Literalmente todos me vieron. — le sonríe de lado.

El se muerde la lengua pero al final dice lo que ha estado pensando desde que vio las fotos — vieron lo lindo que eres, solo eso. Vieron que Samuel es un hijo de puta y que Quackity es muy ingenuo, te ven como una nueva deidad, como un talento prometedor en la fotografía. Te admiran, quieren tu seguridad, tu figura, demuéstrales a los pocos que te sexualizan que son una mierda porque lo único que eres es arte — suspira cuando termina, siente las mejillas rojas ¿tendrá sentido lo que dijo? ¿Por que cuando está nervioso tiene que hablar tan rápido?

Rubius lo ve con los ojos bien abiertos, sorprendido. Luego se le llenan los ojos de lágrimas y lo último que sabe es que está abrazándolo con fuerza.

NudesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora