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La siguiente semana ahora el enfermo parece ser él, no lo había notado hasta la segunda clase del día y había estado culpando a las pocas horas de sueño del día anterior.

— Te ves horrible — le dice Ari una vez llega a su lado, comparten el taller de esa hora, cosa de la que se acaba de enterar así que se sienta con ella y deja caer su cabeza sobre la mesa. Quejándose cuanto siente sus lentes enterrarse cerca de sus ojos — y tienes mala suerte, que mal día tienes — se burla la castaña mientras rebusca en su mochila.

— Gracias por recalcar lo obvio — se queja — ¿que son esas? — pregunta cuando la castaña le tiende una cajita con pastillas.

— son para la fiebre, suele darme cuando me esfuerzo demasiado en los entrenamientos así que las traigo siempre, toma un par.

— ¿por que estás siendo tan amable?

— Por qué a pesar de todo aún te tengo cariño, tonto — le dice sin verlo — a demás, se de alguien que tenía gripe la semana pasada y se que tú estuviste con esa persona así qué hay dos opciones — levanta uno de sus dedos para enumerar, el solo ve sus bonitas uñas de color rosa pastel llenas de piedreria — estás pasando mucho tiempo con esa persona — levanta un segundo dedo — lo besaste y te contagió — cruza los brazos sobre la mesa y se acerca a su oído para que el profesor que acaba de entrar no los escuche — y obviamente quiero enterarme primero de la vida amorosa de mi ex novio.

La escucha aún pero ya no asimila lo que dice, su mente se ha quedado imaginándose besando a Rubén, el chico qué pasó todo el fin de semana entre sus brazos porque se vieron todas las películas de Harry Potter, aquel al que le preparó sopa y se quedó dormido en sus piernas más de una vez.

Por supuesto que había aprovechado cada oportunidad para acariciarle el cabello o detallar todos sus rasgos, ahora sabia que tiene un par de pecas en el pómulo derecho, que sus labios son color cereza mientras duerme y aún tiene el mismo ritmo respiratorio que el porque inconscientemente comenzó a respirar como el lo hacia.

El crush que tenía en el ahora se había intensificado por mil.

Ari tararea divertida al verlo tan rojo — recuerdo que una vez dijiste que te parecía atractivo cuando te pregunte que opinabas de él, parece que no solo te parece atractivo.

Juan se quita los lentes y talla sus ojos, intenta enfocar a la chica pero no lo logra. Piensa en si es buena idea contarle a ella sobre eso, después de todo no hay nadie más con quien pueda hablar de esto. Ari fue alguien a quien le tuvo mucha confianza en su momento y que guardo muchos de sus secretos.

— Oye Ari ¿puedo confiar en ti?

— Si es para chismesito entonces si, me encanta enterarme de todo.

Tienen que dejar de hablar porque el profesor llama su atención y les pide que presten atención pero está bien porque eso le da tiempo de pensar en si realmente quiere contarle de aquello a alguien.

Al final decide si hacerlo con la idea de que "no tiene nada que perder".

— ¿y entonces?

— Creo que me gusta Rubius

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