Sueños, el lugar donde los sueños no se hacían realidad, pero se podía pasar un buen rato. En los altavoces sonaban remixes latinos de canciones pop, como siempre, y las paredes gritaban México, Puerto Rico y el Caribe con murales pintados por Seulgi.
—¡Yoonie! Ni siquiera intentes sentarte antes de saludar. —Gritó Soo desde la barra. —¡Mamá! Yoonie está aquí.
Sonreí y me volví hacia Jungkook.
—Consigue un puesto. Estaré allí en un minuto, a menos que quieras que te presente a Seulgi y a sus cuatro ruidosas hijas.
Ensanchó los ojos.
—Paso.
Eso pensé. Me di cuenta que ya estaba tenso, y eso que acabábamos de llegar. Pero por muy pequeño que fuera el bar, probablemente estaba lleno según sus estándares. Para mí, un lugar no estaba lleno hasta que podías oler al menos veinte perfumes diferentes. Para él, era cuando las cabinas estaban llenas.
Le di un beso en la mandíbula y luego me dirigí a la barra, donde me metí a codazos entre dos hombres.
—Hola, cariño. —Me acerqué a la barra y besé la mejilla de Soo justo cuando su madre apareció desde el fondo.
Seulgi y sus chicas habían sido una parte importante de mi adolescencia. Había ido al colegio con la más joven, Isa, que era la chica gótica más guay de Brooklyn, pero era más seguro presentarlas a Jungkook de una en una.
—Yoonie, ¿Qué es eso que he oído de que te vas de Brooklyn? —Preguntó Seulgi, con cara de ofendida.
—¡No escuches los chismes! —No sabía a quién culpar. Namjoon no era de los que difunden esa mierda. —Son dos meses, y luego probablemente me quedaré en casa de Namjoon otra vez.
—Ajá. —Ella se inclinó hacia adelante, y yo obedientemente besé su mejilla también. —No se lo digas a tu abuela. Le romperías el corazón.
—Ay, con el drama. —Me reí. —Si tú lo sabes, me sorprende que ella no lo sepa.
—¿Qué se supone que significa eso? —Gritó.
—¡Nada! —Insistí. —¿Pueden atenderme? He traído una cita caliente.
Miré detrás de mí y... oh, hombre. Lo adoraba. Había encontrado una cabina y estaba limpiando la mesa con una toallita desinfectante.
—¿El Traje está limpiando la mesa? —Preguntó Soo. —Haeun acaba de limpiarlas.
Me encogí de hombros. No me iba a meter con ellas.
—En fin. —Hice girar un dedo.
Seulgi le dio un apretón en el hombro a su hija.
—Estaré en la oficina. No seas un desconocido, Yoonie.
Isa fue la siguiente en aparecer, y chocamos los puños mientras Soo delegaba mi pedido de bebidas en su hermana, lo que me vino muy bien. Soo podía pasar a los otros clientes y regar sus bebidas mientras Isabella me daba dobles de todo.
Pedí un gin-tonic, una cerveza, una copa de tinto y un Blue Lagoon¹³ para variar.
—¿Te has enterado de lo de Lucas en la escuela? —Preguntó, sirviendo el vino de Jungkook.
Asentí.
—Nonna me lo ha contado. Espero que consiga la custodia completa y que ese cabrón infeliz... —Me pasé los dedos por debajo de la barbilla. —…Vuelva a Rikers.
—Por supuesto. —Dispuso las cuatro bebidas en una bandeja y me preguntó si quería abrir una cuenta.
—No. No creo que estemos aquí tanto tiempo. —Entregué mi tarjeta y cogí la bandeja.
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dawn
Romance- kookgi - jungkook top & yoongi bottom - prólogo + 11 capítulos + epílogo