Sentada en una pequeña banca a la deriva de un bosque cualquiera en medio de la nada, con el chico más lindo del planeta cualquiera podría sentirse atraída por él, y es que era casi imposible no poder enamorarme. La alegría se extendía por más tiempo, y mis problemas de su mano dejaban de existir, tanto dentro como fuera de mí.
Las estrellas brillaban entregando toda su belleza justo arriba de mi cabeza, era la noche perfecta, donde sólo estábamos yo y él a la deriva del gran cosmo, libres como los planetas en el universo, y sin control.
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Nos hallé como nunca antes desnudos en la naturaleza, y muy vulnerables al querer sentir, y con esto no me refiero precisamente de piel, sino de la desnudez de las palabras y el amor que nace del interior de nuestra alma.
Y es que nunca habíamos conectado con Clay de esta manera tan humana y real. Casi como si fuera la primera vez que ocurrió todo, donde los deseos más profundos y bonitos y coincidencias no dejan de pasar, y eso se siente muy bien.
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Clay me siento tan viva contigo aquí que tengo miedo de que todo esto no sea real. Porqué siempre todo lo bueno que nos pasa en la vida tiene un mal final.
Mis ojos aguados observaron el rostro de Clay, el cual sólo se notaba por la pequeña lámpara de mano, que él traía. Y que ahora estaba justo alado de sus pies.
-Sabes Ar es normal tener miedo, el miedo nos transforma y nos enseña, que lo que muchas veces creemos en la mente, no siempre es como lo imaginamos porque puede ser mucho mejor, y por eso siempre hay que ir más allá de él, y saber que cuando viene, la valentía y la confianza aparecerán también. Aun así, te aseguro que soy tan real como tú, como todo lo que te rodea ahora, como lo que ven tus hermosos ojos, soy real como este bosque, y cómo el amor que sientes por mí, y estoy aquí para ti.
Podrías creerme si te digo que jamás había visto la noche de esta manera, y que nunca antes mi cuerpo se había sentido así.
-¿Cómo así Arcie Mckley? Se que puedes explicarlo mejor.
...
Pues así de viva, de sana y feliz.
De verdad es hermoso poder estar aquí contigo, que me preguntó ¿Cuánto tiempo me llevo perdiendo este tipo de espectáculos? ¿Por cuánto tiempo me olvidé de vivir por mí?...
Clay cogió mi mano fría dándole calor, la beso y sonrió con la boca cerrada.
-Pues yo no sé cuánto tiempo exactamente lo has hecho, pero eso es porque pasas encerrada en tu caos y te olvidas de que la vida a veces no se trata sólo de lo que pasa aquí.
Señaló mi frente, y la beso.
Si salieras un poco más, verías más que solo el cielo ¿No lo crees? Pregunto.
Pues sí, creo que llevo mucho tiempo posponiendo la mayoría de las cosas que me gustan o hacen feliz. Como tú, por ejemplo, Respondí.
Él se levantó de la pequeña banca, y abriendo los brazos en medio de la nada, grito.
¡Esto es estar vivo, y yo vivo por verte feliz Arcie Mckley!
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Estas muy loco Clay Bruke.
Camine hacia él, cargando con la canasta y la lámpara.
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Arcie ven conmigo creo tener un mejor plan para ti, y te aseguró que será mejor que estar sentados aquí observando las estrellas.
Clay dirigió justo su mirada hacia el cielo cuando casi como magia, una hermosa lluvia de estrellas comenzó.
Caminamos entre la hierba, y hojas secas en plena oscuridad. Hasta que por fin encontramos un lugar seco y parejo en donde podernos recostar.
Acostados con nuestros cuerpos sobre una manta de color azul, observamos en silencio el espectáculo tan inexplicable que veían nuestros ojos.
Mi mente comenzó a imaginar, como sería estar alado de quien amas, sin saber cómo quererle, entonces decidí ir por todo lo que tanto tiempo deseé.
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La noche se puso en el alto cielo, dejando a la vista sus pequeñas e infinitas estrellas cayendo, pude ver como la oscuridad consumía todo a su paso en el bosque, excepto nuestro espacio donde en una luz tenue mi corazón se sentía llenó de paz.
No sabía que salir de casa, y estar con Clay me podía hacer tan bien.
Con el universo infinito justo arriba de mí, a mitad de la noche, en un bosque cualquiera, encima de una delgada y incómoda manta, con el olor a tierra mojada, el frío en la piel y la luz tenue de una pequeña lámpara de mano.
Clay y yo dejamos los complejos y defectos, bastó sólo un besó para que todo en mi interior se descontrolara, y fue sólo un beso, el que me hizo volver una y otra vez a estar cada vez más y más cerca de él, hasta que casi se me olvido, el lugar, los miedos y la cordura, juntos se nos olvidó el frío, y todo se volvió calor, con cada segundo y cada estrella caída fue cayendo la ropa, y hasta que en un momento dejamos de ser dos.
Me acosté en su pecho, su corazón estaba acelerado y por su acelerada respiración, con la calma de tenerlo a mi lado y de casi dormir, noté que el mío también estaba a mil.
Y de pronto me dormí y cuando vi las luces parpadear y la oscuridad infinita, dejé de estar ahí.
¡Clay!...
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PERDIDOS EN LA VÍA LÁCTEA© [TERMINADA]
Teen Fiction"PORQUE NI LAS BRÚJULAS PUEDEN ENCONTRAR LA DIRECCION DE UN CORAZON ROTO". Arcie Mckley padece de una extraña enfermedad del sueño, donde lo más inimaginable y las pesadillas, pueden convertirse en una realidad. Cansada y abatida de las dudas de la...