PERDIDOS EN LA VÍA LÁCTEA© [TERMINADA]

-Capítulo 19-

Me perdí...
Se apago la luz de mis ojos y mientras todos imaginaban lo peor, yo estaba en mi lugar seguro.

"Clay".

Esta vez sabia que no se trataba de un simple sueño, mi cuerpo y mi mente se sentian diferentes, y en mi interior sentia que algo me habia traído de vuelta al hospital.

Aunque en mi mente nada de lo que pasaba era real.

Aun así esa noche llegue a urgencias.

Yo no estaba en ese lugar, como de costumbre mi mundo no se encontraba en esa cama rodeada de doctores y enfermeros tratando de decifrar el ritmo de mi enfermedad.

Yo estaba hundida en las profundidades de un mar enojado, del cual por segunda vez no podia salir yo sola, entonces cuando mis pulmones se llenaban de agua y ya casi no podia respirar "Clay" mi amado y sublime amor complicado, aparecio ahí, en el momento exacto, y fue él, quien con solo dar su mano, me sacó.

El motivo del porque había sido él y no otro era simple, cuando no me quedaba más pena y odio en el interior, lo perdone. Si por el daño causado, por dejarme sola un millon de veces, por dejarme amarlo de esa manera tan loca que ya casi me hacia dejar de existir, y por sobre todas las cosas permitirme el hecho de seguir amandole sabiendo que él solo era una versión de Clay que jamás iba a existir.

Entonces cuando acepte que siempre todo fue irreal, que el Clay que yo amaba no era el mismo que el que me llevaria flores a mi funeral, y solte la carga que llebaba por quererlo tanto. Salí impulsada hacia arriba, donde no veia nada pero su mano calida y fuerte me saco de esa agua que casi me termina por matar.

Entonces fue ahí que me lleve una sorpresa, cuando mis ojos lo miraron lentamente me percate de algo que jamas habria notado, ese chico en particular, el mismo que siempre habia estado conmigo, nunca fue Clay.

Estuve mucho tiempo enamorada de un supuesto chico con esencias de Clay. Y es que ese no era él, pero se sentia como él, pues era el mismo físico, el mismo amor, la misma confianza, y los mismos rasgos pero en esencia nunca habia sido Clay.

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Abrí los ojos, abrumada de la situación, con los ojos pesados por la anestesia o el medicamento, con un pequeño silvido que venia justo de mi interior.