4🎃

126 7 0
                                    

Estábamos llegando al hospital después de que me dieran unos dolores extraños en la espalda. Yo no quería venir pero Ashton creyó que ya estaba a punto de dar a luz.

Se volvió muy paranoico desde que se enteró que estaba embarazada, no me dejaba hacer gran cosa y a veces me frustraba, entendía que era por mi bien pero hacerme caminar con casco y rodilleras era demasiado.

No miento, sí lo hizo. Al menos hasta que le dije que era completamente innecesario.

Eran las 10:00 pm y yo ya me sentía bien, quería irme a casa a descansar

—¿Y si mejor nos vamos?-lo cuestioné.

—No. Quiero asegurarme de que estén bien o que no haya algún riesgo.

Yo sólo rodé los ojos y bufé porque estaba segura de que todo estaba bien.

Éste lugar daba miedo de noche, parecía que no había nadie más que la recepcionista y un guardia en la planta baja. Supuse que era debido al cambio de turno que suele hacer el personal.

—Pase por aquí, por favor. —salió la enfermera, por fin.

—Vamos, cariño. —le pedí a Ashton.

Él estaba por levantarse cuando ella habló.

—Disculpe, sólo usted, su acompañante puede esperar aquí afuera. —indicó.

—Oh, por supuesto, lo siento. —su carita denotaba cierta tristeza ya que él quería estar conmigo en todo momento.

—No te preocupes, estaré bien. —le di un beso corto y seguí a la enfermera.

Caminamos hacia el consultorio donde iba a ser atendida y al llegar ahí, la doctora Lee me pidió que me colocara una bata azul para poder hacer la revisión.

—Bien, haré una ecografía para verificar que no haya alguna anomalía, ¿de acuerdo?—me dijo. Yo asentí.

Comenzó poniendo un gel en mi abultado vientre de 8 meses y di un respingo ya que estaba bastante frío.

—Perfecto, todo está bien, ¿ya sabe qué será su bebé?

—No, pero preferiría no saber hasta el momento del parto. —dije con una pequeña sonrisa, Ash quería guardar la sorpresa.

—Me parece bien. —me regresó la sonrisa. —Ya puede ir a cambiarse, no hay nada que temer. —su sonrisa se volvió algo extraña.

¿Okay?

Fui hacia el baño para ponerme nuevamente mi ropa pero escuché un fuerte ruido y a la enfermera salir corriendo junto a la doctora. Creí que algo malo había ocurrido así que salí sin siquiera haberme cambiado.

Al salir, me di cuenta que el lugar seguía completamente solo, caminé por el pasillo hacia la sala de espera, Ashton tampoco se encontraba ahí. Al caminar de regreso vi que la puerta de la salida de emergencia se encontraba entreabierta así que me asomé.

Nada.

Estaba por cerrarla pero escuché un grito por el pasillo y me asusté bastante. Las luces de ese piso se apagaron y yo sólo quería encontrar a Ashton y marcharnos a casa.

No podía llamarlo porque él tenía mi bolso, por ende, mi celular. Mi única opción era la salida de emergencia y bajar por las escaleras que habían ahí.

Las escaleras conducían hacia una especie de sótano, al llegar ahí había varios estantes largos, una luz tenue y un olor fétido. Se escucharon unas voces las cuales pude reconocer.

—Está por terminar y si no le damos más va a venir por nosotras. —escuché a la enfermera con tono desesperado. —Debemos traer a esos chiquillos o dejarla salir.

O n e  S h o t s | A. F. I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora