⌗𝐒𝐢𝐧 ; 𝐉𝐞𝐧𝐥𝐢𝐬𝐚 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧

Capítulo Cinco

Parte 2

En el presente:

Lisa's POV

—Un millón de dólares, amiga. Te puedes ensuciar tu cara bonita por un millón de dólares. —Bambam me golpeó en los hombros mientras continuaba hablando rápido—. Y voy a ser tu manager.

—No lo creo. —Negué con la cabeza y me reí.

Bambam era mi mejor amigo, pero yo sería una tonta si escuchara cualquier cosa que dijera. Siempre tuvo un nuevo proyecto para hacer dinero, y yo había aprendido de la manera difícil cuando éramos adolescentes que lo que decía no siempre se hacía realidad.

—Venga. ¿Qué tienes que perder?

—Cada pelea. —Rodé los ojos—. No soy una luchadora, Bambam.

—No eres una amante tampoco. —Me sonrió con su sonrisa de millones de vatios.

—No soy una niña. —Me reí—. Bateando tus azul bebe no vas a conseguir que yo esté de acuerdo.

—Tú hiciste esto. Te conseguiré tanto culo como quieras.

—Puedo tener mi propio culo. —Me puse de pie y me estiré—. De todas formas, me tengo que ir.

—Vamos, Lalisa. —Bambam hizo un puchero y lanzó su lata de cerveza a la basura como si fuera Kobe Bryant haciendo el tiro ganador en el último partido de la final de la NBA—. Necesitamos esto.

—No necesito esto. —Negué con la cabeza—. Y sólo tienes que conseguir un trabajo.

—No me regañes. No eres mi madre.

—Gracias a Dios.

—La economía apesta. Ya lo sabes. —Se encogió de hombros—. Cuando se ponga mejor, voy a conseguir un trabajo.

—Y hasta entonces, ¿vas a vivir de tu madre?

—Yo no quiero vivir de mi mamá. Quiero que entres en esta maldita pelea y ganes un millón de dólares. Amiga, ¿sabes lo que podemos hacer con un millón de dólares?

—No. —Negué con la cabeza y me reí de él—. Por favor, deja de intentar seducirme con tus ojos. Guárdalo para las demás chicas.

—Estoy practicando en ti hasta que Jennie llegue a casa —bromeó, y me congelé por un segundo.

—¿Qué te dije sobre Jennie? —Mantuve mi voz tranquila, pero mis entrañas estaban irrumpiendo hacia el sonido de su nombre—. Ni siquiera bromees sobre Jennie. O Rosé —añadí una buena medida.

—No voy tras tu hermana, amiga. —Bambam rió—. ¿Ahora su mejor amiga? Deliciosa. —Se lamió los labios—. No sé si pueda alejarme de ella.

—No es divertido. —Lo miré, el calor aumentando en mí. Apreté los puños y di un paso atrás.

—Sólo estoy bromeando. Maldita sea, Lisa. Sé que ella es como tu hermana también. —Bambam negó con la cabeza y luego se quedó mirando mis puños—. No estabas a punto de golpearme, ¿o sí?

—Consíguete una vida.

—Voy a tener una vida si te inscribes en una pelea. —Se dejó caer en el sofá—. No se trata sólo de mí. También podrías dar algo de dinero a la madre de Minnie. He oído que todavía no ha encontrado un trabajo.