Capítulo Doce

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En el presente:

Jennie's POV

Yo estaba en el saco de dormir con mi corazón acelerado. Trataba de contar ovejas para hacerme caer dormida, pero nada estaba funcionando. Simplemente no podía conciliar el sueño. Mi cuerpo estaba en el borde, a la espera de Lisa entrara en la bolsa conmigo. No estaba segura de lo que le había sucedido a mi propia bolsa, pero sentí que esto era algún tipo de enferma retribución del secreto que guardaba. Iba a ser la tipa más dulce de infierno, compartir un saco de dormir con Lisa y tenerla tan cerca de mí, pero tan lejos. No era como si yo fuera capaz de tocarla o besarla. No lo sería, yo lo quería. Cerré los ojos y tome unas cuantas respiraciones profundas para asegurarme que no empezaría a llorar. Esa era la última cosa que necesitaba.

—Noche, Lisa —oí decir a Jisoo antes de volver al campamento.

—Nos vemos en la mañana. —La voz de Lisa era suave, y me estremecí. Ella estaba camino de vuelta a la bolsa de dormir.

Cerré los ojos con fuerza y me quedé allí hecha un ovillo. Le oí detenerse al lado de la bolsa, pero no estaba segura de lo que estaba haciendo. Me sentía como si hubiera esperado más de una hora para que ella consiguiera finalmente meterse en el saco de dormir, pero sabía que había sido sólo un par de minutos, si acaso.

Me quedé inmóvil, y la sentí deslizando su cuerpo en el saco de dormir. Se movía muy lentamente, y supuse que era porque no quería que me despertara. Su brazo rozó el mío dejando un rastro de fuego en mi piel. Esperé para ver cómo iba a establecerse en la bolsa y me decepcioné cuando ella se echó hacia atrás y dejó distancia entre nosotras. Fingí bostezar y me dí la vuelta para estar más cerca de su cuerpo. Ella se quedó quieta cuando choqué contra ella. Mantuve los ojos cerrados, pero moví mi mano sobre su cintura.

—¿Jennie? —susurró, pero mantuve los ojos cerrados. Sentí que su brazo se movía alrededor de mi cintura, y me acerqué más a ella, fingiendo estar dormida todavía. Di un grito ahogado por dentro al sentir mi mano tocando su abdomen marcado. Mis ojos se abrieron para confirmar que no tenía camisa—Jennie —susurró de nuevo, y sentí sus manos en mi cara. Miré hacia ella lentamente y vi una sonrisa en su rostro. —¿Te desperté?

—No —negué con la cabeza e hizo una mueca.

—¿Te doy algo de calor?

—Nop —negué con la cabeza de nuevo—. De hecho, me estás calentando. Yo estaba con un poco de frío.

—Oh, no podemos tenerte allí tendida con frío—. Ella puso sus dos brazos alrededor de mí entonces y me llevó más cerca de ella. Moví mis piernas y parecieron estar frotándose contra las suyas.

—Me encanta la sensación de tus piernas suaves contra las mías—susurró en mi oído, y se rió.

—Tienes las piernas suaves también. ¿No tienes vello?

—No. ¿Esta mal?—Ella hizo una mueca, y yo negué con la cabeza.

—Nunca dije eso. —Pasé los dedos por su pecho—. Es que como tienes polla, creí que también tendrías vello.

Ella levantó una ceja. —¿Crees que soy un hombre?

—No, de nuevo no quise decir eso, simplemente que es raro que no tengas vello en ninguna parte de tu cuerpo.

—Oh, bueno. Pensaba que era mi verga lo que me hacía un hombre.

—Lisa. —Pellizqué y se rió entre dientes.

—Lo siento. —Ella me acarició el pelo y suspiró—. Esta fue una mala idea.

—¿Qué fue una mala idea? ¿Tener que dormir conmigo? ¿Por qué?

⌗𝐒𝐢𝐧 ; 𝐉𝐞𝐧𝐥𝐢𝐬𝐚 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora