80. Preludio a las residencias

141 10 1
                                    


— ¡Ya están listas las palomitas! —exclama Mirio levantándose del puf sobre el que estaba tumbado para dirigirse hacia su microondas— ¿Quieres sentarte en el otro puff para comer viendo alguna película? 

— Sí, estaría bien —exclamo dejando de abrazar el enorme peluche de tiburón que el rubio tiene sobre su cama para levantarme de esta y sentarme en uno de los dos puffs grises que tiene en frente de la televisión. 

— ¿Todavía no te ha respondido? —pregunta Mirio al percatarse de que estaba mirando el móvil mientras se sienta en el puff de al lado con un bol de palomitas entre los brazos. 

— No —respondo algo preocupado, cerrando la conversación con FatGum y apagando el móvil— Le escribí esta mañana nada más despertarme, pero todavía no me ha respondido.

— Tamaki me ha contado que parece que lleva unos días hablando constantemente con otros héroes sobre algo importante que estaban tratando. Seguramente haya estado muy ocupado para poder mirar el mensaje —exclama el rubio en tono consolador mientras me ofrece las palomitas. 

— Es posible... —respondo intentando convencerme de que es eso mientras acepto su oferta y como un poco. A los pocos segundos suspiro cansado— Hoy ha sido un día muy ajetreado. 

— Cierto. No me acordaba de que hoy os ha visitado ese reportero para entrevistaros —exclama Mirio con la boca llena de palomitas— ¿Qué tal ha ido? 

— Se supone que solo iba a ver como era nuestra vida en la nueva residencia, pero no he podido parar de pensar que estaba todo el rato encima de nosotros observando cada movimiento. Supongo que todavía no estoy acostumbrado a esto de las cámaras... 

— No estáis acostumbrados a tener reporteros sobre vosotros, es normal que estuvierais nerviosos —dice Mirio como si para él fuera lo más normal del mundo.

— Eso tendría sentido si no fuera porque casi todos parecían totalmente naturales con ese tipo alrededor sacándoles fotos. En cambio, yo estaba tan nervioso que se me ha derramado el vaso de agua dos veces seguidas. Por suerte, Koda tampoco se sentía muy cómodo y al menos no me he sentido el raro de la clase por estar nervioso... En cambio, Aoyama no paraba de intentar chupar cámara. 

— ¡Ese Aoyama parece alguien muy alegre! —exclama riéndose el de tercero. 

— Y lo es. Si no fuera porque ha estado todo el día detrás del reportero, creo que no hubiera aguantado la sensación de tener a alguien mirándome constantemente. 

— Bueno, eso ya se terminó. Solo queda esperar a que salga el artículo. ¡Estoy deseando verlo! 

— ¿Sabes que no va a salir nada interesante no? No vas a ver nada que no pase aquí en vuestro edificio o que no te haya contado ya. 

— Lo sé —comienza a reír— Pero sales tú. Con eso ya es razón más que suficiente para querer verlo.

— A veces eres muy tonto, ¿Lo sabías? —exclamo intentando ocultar mi cara mientras noto como me pongo rojo. 

— ¡Y tú demasiado vergonzoso! —dice riéndose todavía más— ¡Verás cómo se va a poner Nejire cuando vea el periódico! 

— Lo raro es que no esté aquí ahora mismo... —digo yo. 

— El tiempo que pasamos los cuatro es genial... Pero sabes que también me gusta pasar tiempo a solas contigo —exclama el rubio recostándose sobre su asiento para luego mirarme con sus brillantes ojos azules—. Además, Vienes a la noche de películas del viernes, ¿No? Ya podrán chincharte todo lo que quieran ella y sus amigas esa noche. ¡Hoy el único que va a chincharte soy yo! —exclama mientras deja las palomitas en el suelo rápidamente y se lanza sobre mí.

Dark Wings |BNHA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora