Capítulo 12

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Año 129 d.C. 18 años.

- Está bien, podéis retiraos.

Les indiqué a las doncellas que habían terminado de arreglarme. Me levanto del tocador y voy al espejo a mirarme. Llevaba un vestido negro escotado de manga larga abierta. El torso superior era ajustado, pero de cintura para abajo era más ancho. Tenía detalles rojos a lo largo de todo el traje: en el escote, en las mangas, en la cintura. E incrustaciones de pequeñas piedras doradas en mis hombros. De zapatos llevaba unos tacones bajos, y como complementos; un anillo de oro en el meñique izquierdo, pendientes a juego y un collar de chocker que se asemejaba a la garra de un dragón. El pelo lo tenía recogido en un moño trenzado bajo. Todo en mi tenía algún significado familiar, estaba orgullosa de que se viera tan bien que era de los negros.

En ese momento llaman a la puerta y le doy paso. Era Usher con mis hermanos. Me giro hacía ellos y los tres me miran boquiabiertos de abajo a arriba.

- Selaena estás preciosa – Me dice Luke y le sonrío.

- ¿De verdad lo crees?

- Pero qué pregunta es esa – Dice Jace y viene a darme un abrazo al que después se une Luke.

- ¿Qué hacéis aquí? Aún quedan dos horas para la cena – Les miro y esta vez es Usher quién habla.

- El rey Viserys solicita que los más jóvenes paséis tiempo juntos y por eso os llama a uno de los salones.

Todos asentimos y vamos detrás de Usher hasta llegar a la puerta, quién nos la abren dos guardias. El resto ya habían llegado: Aegon, Helaena, los hijos de ambos y Aemond. Entramos y puedo sentir todas las miradas sobre mí. Aegon y Aemond me miraban embelesados, estaban sorprendidos por mi aspecto. Mientras que Helaena me miraba con su usual sonrisa mientras cargaba en brazos a Maelor, en ese momento dos niños pequeños vinieron hacía mi corriendo.

- ¡Prima! – Jaehaerys fue el primero en llegar y me agaché para abrazarlo, segundos después Jaehaera se unió, tirándose sobre nosotros.

- Ya niños, comportaos – Les riñó Helaena viniendo hacia nosotros mientras los tres reíamos -. No sé cómo haces, pero cada día estás más guapa sobrina.

Sonrío agradeciéndole e indiqué a los pequeños a que fueran a jugar y observo a mi alrededor. En la mesa del centro estaban los chicos en auténtico silencio, uno en cada lado de la mesa. Parecía incómodo, justo cuando estoy mirando hacia ellos Aemond me mira y me da una cálida sonrisa la cuál devuelvo. Helaena nos debe ver las intenciones porque se ríe y yo solo le doy un pequeño golpe en el brazo.

- Pues me quedo con tu pequeño – Digo agarrando al bebé de dos años y empiezo a jugar con él y nos sentamos en un sofá a hablar.

- ¿Qué ha pasado entre vosotros dos? – Pregunta pícara y no puedo evitar reír.

- Ya lo verás esta noche.

- Oh venga, soy tu mejor amiga, tu tía y la hermana del chico que te gusta. Quiero. Es más, exijo un adelanto – Me suplica y yo río.

- Está bien... Pero prométeme que no dirás nada – Le amenazo con el dedo y luego miro a Maelor que seguía sobre mí -. O me comeré a esta cosita.

Río y le empiezo a hacer cosquillas al bebé quien no deja de reír. Llamando la atención de todos, puedo notar como Aemond me mira con cariño mientras que Jace no deja de mirarle mal. Mi amistad con Helaena la aceptaban por cómo era ella, pero mi amistad con Aemond no. Era lo que más miedo me daba de esta noche, que no aceptaran mi amor por él. Los mellizos al ver que su hermano menor recibe toda mi atención se ponen celosos y vienen corriendo al sofá.

Until the End | Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora