Capítulo 19

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Contenido adulto 🔞

Año 130 d.C. 19 años.

Habían pasado 6 meses desde la Batalla de Reposo del Grajo y no había habido grandes acontecimientos. Aemond había sido sensato y no había hecho ningún movimiento y, nosotros tampoco. Llevábamos meses consiguiendo aliados, tropas y planeando como recuperar Desembarco. En cuanto a Usher las cosas estaban volviendo poco a poco a la normalidad, nunca llegamos a hablar de lo que pasó aquella noche, ni nuestra amistad había vuelto a ser como antes. Jace ya había conseguido varios jinetes y Luke se había vinculado a Bruma, el dragón de Laenor. En cuanto a mí... no he vuelto a montar a Lunafreya, a pesar de la ayuda de Rhaenyra no soy capaz y, Daemon me machaca por eso, me dice que sin ella no ganaremos la guerra y que soy una cobarde.

El reloj de la biblioteca sonó, indicando que ya era medianoche. Se me había echado el tiempo encima, llevaba toda la tarde intentando aprenderme los planos de Desembarco. Lo recojo todo, decidida a continuar al día siguiente. El pasillo estaba a oscuras, se podía oír el viento soplar, este año el invierno estaba siendo duro. Motivo también por lo que la guerra estaba un poco en pausa. Un escalofrío recorre mi cuerpo y me cierro aún más el abrigo. Noto una especie de sombra por detrás, pero no le doy importancia, siempre pasaba, motivo por el que no me gustaba andar a estas horas por el castillo.

De pronto, noto como una persona me asalta por detrás, intento defenderme, pero era más grande y fuerte que yo. Tiro el candelabro al suelo, dejándonos completamente a oscuras y le doy un codazo al desconocido, quién se queja, pero no me suelta. Me agarra por el cuello y me obliga a beberme un líquido, en ese momento me suelta y salgo corriendo. Pero al poco tiempo todo a mi alrededor empieza a dar vueltas y, de pronto, me desmayo.

La luz me molesta y me obliga a abrir los ojos, estaba acostada en una cama y llevaba la misma ropa del día anterior. Suelto un quejido de dolor y me llevo las manos a la cabeza, me dolía demasiado. Decido dar media vuelta y cierro los ojos para intentar volver a dormir, de pronto me doy cuenta de que se escuchan voces desde la ventana. Eran demasiadas para ser Rocadragón, me levanto rápido y voy hacia la ventana. Esto no era Rocadragón... era Desembarco del rey. El dolor de cabeza aumenta y a su vez unos pitidos muy dolorosos en el oído derecho hacen que me siente de nuevo en la cama, desmayándome de nuevo.

- ... son efectos secundarios, le ha dado una dosis muy alta. No se debe usar la misma cantidad para un hombre que para una mujer - Oigo a mí lado, estaba en un estado de semi-consciencia, apenas me daba cuenta de lo que pasaba.

- ¿Cuánto tardará en recuperarse?

Pregunta una conocida voz y abro ligeramente los ojos, viendo a Aemond y a un maestre. Pero esto dura apenas unos segundos antes de volver a cerrarlos, me encontraba mal, estaba drogada y el dolor de cabeza me impedía reaccionar.

- ¿Aemond? - Pregunto débilmente y noto como agarra mi mano, dejando un beso en mis dedos.

- Shh... descansa pequeña - Estas son las últimas palabras que oigo antes de perder por tercera vez la consciencia.

Cuando vuelvo a despertar me encuentro algo mejor, el dolor de cabeza había desaparecido y me levanto, con lentitud para que no pasase lo de la última vez. Observo la estancia y la reconozco de inmediato, era mi dormitorio de la infancia, vuelvo a mirar por la ventana y estimo que es media tarde. Necesitaba hablar con Aemond y pedirle explicaciones, me pongo a abrir la puerta, pero no puedo. Lo vuelvo a intentar, pero es en vano, así que me pongo a golpear la puerta.

- ¡Sacadme de aquí! - Exijo y un guardia me responde.

- Órdenes del regente Aemond.

- No estáis aquí como su esposa, sino como su prisionera - Contesta otro guardia.

Until the End | Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora