Capítulo 17

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Año 129 d.C. 18 años.

Los cuatro despegamos los dragones al mismo tiempo, pero al cabo de unos minutos nos separamos en diferentes direcciones. Poniendo rumbo a nuestros destinos. Cuando llego a mi antiguo hogar, me llevan a la sala del trono, donde me reciben Alicent y su primogénito. Quién estaba sentado en el Trono de Hierro, me daban ganas de pegarle para levantarlo de ahí.

- Selaena, no esperábamos una respuesta de tu madre tan pronto – Dice viniendo hacia mí con una sonrisa.

- No vengo por eso – Le corto y ella hace una mueca. Miro a Aegon-. He venido a hablar con mi esposo, si es que se me permite – Digo esto último mirando a Alicent. Madre e hijo se miran, algo preocupados.

- Se está encargando de unos asuntos, pero volverá en poco tiempo – Me explica ella -. Si lo deseas puedo llevarte con Helaena, seguro que se alegra de verte – Me sonríe y yo asiento.

- Me gustaría que me escoltase mi guardia, ser Usher, si es posible. La última vez me fui... un poco rápido – Digo con una sonrisa en el rostro y la ceja levantada -. Y me temo que le he dejado aquí.

Aegon le hace una señal a un guardia, supongo que para llamar a Usher. En el transcurso de eso los tres nos quedamos en silencio, sin saber qué hablar. Aegon y yo nos mirábamos fijamente, en nuestro interior nos estábamos matando, su madre lo debía notar. Pues iba posando la mirada primero en uno y luego en otro, era la única que no quería un baño de sangre.

- Princesa – Usher llega y se inclina ante mí.

- No es por ser descortés, pero creo que me voy a ir yendo – Les sonrío y salgo delante de Usher -. Tenemos que hablar.

Le digo una vez que nos hemos alejado y, tras meternos en una sala vacía le empiezo a contar todo. Desde lo que pasó con Visenya hasta la búsqueda de aliados que estábamos haciendo mis hermanos y yo.

- ¿Has podido averiguar algo? – Le pregunto y él solo niega.

- Los Hightower están como vosotros, buscan aliados que les apoyen en el trono. Pero de momento parten con ventaja, se han ganado al pueblo. Prefieren más Aegon que a vuestra madre. En caso de que volváis a conseguir el trono se os dificultará su apoyo – Yo asiento, primero era recuperar el trono, lo segundo sería recuperar la confianza del pueblo y de los Señores.

- ¿Sabes con quién han hablado? – Él vuelve a negar.

- Me han tenido, entre comillas, exclusivo. Siempre me ordenaban vigilar en la calle o estaba haciendo banalidades, nada de importancia. Además, han sido inteligentes y no me han permitido estar cerca de ellos, por si en algún momento escuchaba algo.

- Bien, voy a ver a Helaena – Salimos y vamos al dormitorio de sus hijos, supuse que estaría ahí. A mitad de camino me doy la vuelta y miro a Usher.

- Dime por favor que no has estado bebiendo o yendo de putas.

- Claro que no, la situación era tensa y... - Le miro acusatoriamente con una ceja levantada -. Está bien, solo fui a la taberna una noche.

- Y... - Le insto a seguir.

- Bueno, quizás haya ido a visitar a dos amigas – Admite y yo solo río.

- Eres consciente de que has hecho unos votos, ¿no? – Le digo mientras volvemos a caminar, tras estos días de tensión me había venido bien este momento divertido.

- Y los estoy cumpliendo, ni me he casado ni tengo hijos – Dice haciéndose el inocente y ambos volvemos a reír.

- Eres de lo que no hay... - Le digo negando con una sonrisa en el rostro.

Until the End | Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora