Capítulo 18

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Contenido adulto 🔞

Año 129 d.C. 18 años.

Había pasado más de una semana desde lo sucedido en Desembarco, Rhaenyra estaba enfurecida con Daemon, Usher y conmigo por habernos vengado sin su consentimiento. Pero no me importaba, había querido matar a mi hermano y yo maté al suyo. Estábamos en paz, pero ni madre ni el consejo lo veían así. Como castigo, decidió que no iba a actuar en ninguna batalla ni hacer ningún movimiento sin su consentimiento. En caso de desobedecerla el derecho a trono pasaría a Jace, sabía que no era verdad, que solo era una amenaza, pero aun así no me iba a arriesgar.

La situación actual era la siguiente: al perder Bastión de Tormentas no fue posible el sitiamento de Desembarco. Pero Daemon cumplió su palabra y consiguió asaltar Harrenhal. Esto nos proporcionaba una ventaja por los siguientes motivos:

1.- Conseguimos una base de operaciones en el continente

2.- El castillo es lo suficientemente grande para albergar un ejército.

3.- En él es posible aguantar el ataque de los Verdes.

Mientras todo esto sucedía, yo me pasaba los días y las noches con Luke. Cada día que pasaba perdía la esperanza, Luke era fuerte, pero no sabía si tanto como para sobrevivir a esto. Jace venía a traerme la comida, los primeros días no probaba bocado, no tenía el ánimo para ello. Así que llegó un punto que se quedaba y me obligaba a hacerlo, hasta que no me terminaba la comida no se iba. También venía a verme todas las noches para convencerme de irme a dormir, yo siempre me negaba, no quería separarme de mi hermano. Así que al final acababa durmiéndome en la silla agarrando la mano de Luke, y despertando todas las mañanas con una manta por encima. Suponía que lo hacía Jace o madre, quienes aseguraban que a este paso iba a caer enferma.

Hoy no era la excepción, estaba en silencio leyendo un libro cuando Jace me trajo la comida.

- Es tu favorita, estofado de cordero – Dice sonriente dejando la bandeja en una mesa.

- Jace, no necesitas quedarte... estoy bien – Le aseguraba mientras se sentaba.

- Me da igual, ven y come.

Dijo con tono de hermano protector y yo le hice caso. Empecé a jugar con la comida y después de un rato empecé a comer, con lentitud, pero lo hacía.

- Han pasado ya 12 días... - Dice Jace mirando a Luke.

- Va a despertar, estoy segura – Le contesto cortando un trozo de carne.

- ¿Y tú cómo estás? Podríamos ir después a montar los dragones...

- No – Digo cortante -. Desde lo sucedido con Luke he decidido que solo voy a montar cuando sea estrictamente necesario.

- ¿Crees que es mejor usarla como arma que como compañera?

- Es un medio para conseguir un fin – Le miro -. Madre siempre nos dijo que no somos los dueños de los dragones ni tenemos control sobre ellos. Ya lo has visto – Digo señalando a Luke.

- Tú nunca serías capaz de usar a Lunafreya... - Me mira confuso y después de unos segundos su confusión se borra -. Desde lo de Luke le has cogido miedo.

- Por favor, no digas tonterías – Nerviosa tiro los cubiertos al plato y me cruzo de brazos.

- ¿Es eso verdad? Por eso no sales de aquí, Lunafreya te lleva llamando todos estos días y tú la has estado ignorado...

- No tienes ni idea... - Justo en ese momento oímos un quejido y ambos nos quedamos en silencio.

Lo volvemos a escuchar y ambos miramos hacia Luke, sus párpados se estaban moviendo. Rápidamente nos ponemos cada uno a su lado, yo le agarro de la mano, esperando alguna respuesta. Él al sentir mi mano mueve un dedo, sonriendo miro a Jace.

Until the End | Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora