Until the End | Aemond Targaryen

Capítulo 14

Año 129 d.C. 18 años.

- No te preocupes madre, estaré bien - Ambas nos tomábamos de las manos mientras ella me miraba preocupada. Aún me parecía increíble que la haya convencido para poder quedarme -. Además, ya lo hablé con Daemon. Nos vendrá bien que esté aquí.

- Si, si... porque nos viene bien tener a alguien infiltrado y esas cosas. Cuando entenderéis que lo único que me preocupa es vuestra salud.

- Tranquila... Tengo a Usher y a Rhaenys controlándome. Y ya no soy una niña...

- Lo sé... - Acaricia mi pelo con melancolía -. Parece que fue ayer cuando me suplicabas dormir con Jace porque te daba miedo la oscuridad - Dice y ambas reímos.

- Nunca se sabe cuándo un monstruo puede estar justo a tu lado. Hay que estar alerta - Le digo de broma y me abraza.

- No me cansaré de repetirlo. Ante la mínima sospecha de algo contra ti o contra nosotros sal huyendo - Me dice al oído y luego se separa mirándome preocupada -. Jurádmelo.

- Lo juro.

Justo en ese momento Luce aparece, ya me había despedido de él. Pero parece que no fue suficiente, madre nos deja y yo acaricio su rostro.

- Cuídate por favor... Y no dejes que Jace se haga con el control - Ambos reímos.

- Últimamente se está poniendo horrible cada vez que batallamos, no para de insistir en que no estoy preparado y que soy débil... - Aparta la mirada avergonzado y yo se la levanto.

- Que me lleven los dioses ahora si tú tienes tan siquiera un gramo de débil. Te aseguro que eres más fuerte y valiente de lo que era Jace a tu edad, que no te quepa la menor duda - Sonríe algo más animado.

- ¿Te he dicho ya que eres mi hermana preferida? - Yo río.

- ¿Te he dicho ya que eres mi hermano preferido? - Esta vez ríe él.

- Sel... cuídate de él... y de todos, por favor - Dice abrazándome una última vez - Te aseguro que si te tocan un solo pelo...

- Antes de que siquiera lo hagan ya les corté la cabeza - Le contesto riendo y veo como Arrax le reclama.

- Bueno... he de irme... - Empieza a caminar hacia su dragón y yo le detengo.

- Espera. Hay una cosa que se me olvidó decirte, no me escribas. Desde hace años hay alguien en Desembarco que interceptaba las cartas que Aemond me mandaba. Si lo hacían con él no dudo que lo hagan con cualquiera de vosotros - Él me mira confuso.

- ¿Desde cuándo...?

- Eso es lo de menos - Digo esquivando el tema -. No mandes nada, al menos hasta que resuelva quién es el responsable - Él asiente.

- Si la primera carta que recibo con tu nombre no está escrita en nuestro código...

- Interpreta que algo malo está pasando. Y avisa al resto - Asiente una última vez y espero hasta que desaparezca en el cielo para ir adentro.

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- Cuando alguien posee algo, los demás quieren quitárselo - Dice Helaena a mi lado, a sus hijos, quienes jugaban con la niñera y se peleaban entre ellos por un juguete.

- Sí, princesa - Le responde la niñera, un poco por obligación.

Justo cuando iba a decir algo Alicent, seguida de Otto entra casi corriendo a la habitación.

- ¿Dónde está Aegon? - Nos pregunta alterada.

- Aquí no está, como podéis ver - Contesto.

- Tampoco en sus aposentos - Dice Otto y Helaena agacha la cabeza para centrarse en su bordado.