Capítulo 28

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Contenido adulto 🔞

Año 131 d.C. 20 años.

No sé cuánto tiempo pasa hasta que Aemond regresa a nuestros aposentos, pero cuando lo hace veo que a pesar de sus intentos de limpiarse tiene algo de sangre en el abrigo. Rápidamente aparto la mirada para que no lo note, pero aun así lo hace y por deferencia a mi decide quitárselo.

No puedo evitar avanzar hacia él hasta que solo unos centímetros nos separan, su olor me embriaga y no puedo evitar que me respiración se entrecorte. No soy capaz de mirarlo, así que mi vista se queda posada en su pecho.

- Una vez más, lo siento.

En silencio me pega a él, dejando un beso en mi cabeza.

- Ya está todo solucionado...

Al oír sus palabras me relajo, pero él tiene otros planes. Agacha su cabeza y su aliento roza mi oreja.

- Sin embargo, no me gusta que otros jueguen con lo que es mío... - Me susurra provocándome un escalofrío.

- Nunca ha estado a tu altura...

- Eso ya lo has dejado claro hace un rato... – Gira su cabeza a mí y se quita el parche, clavando sus ojos azules en los míos -. Pero quiero saber qué hiciste con él.

Me muerdo el labio, a ambos nos gustaba este juego y sabía exactamente qué hacer para provocarlo aún más.

- Divertirme – Me atrevo a responder y él se sorprende.

Sabía que me había perdonado, pero aun así me había atrevido a llevarlo al límite.

- ¿Jugar con otros hombres te divierte? – Pregunta arqueando una ceja y tensando su mentón.

- Cuando no me haces caso, sí... - Sonrío de medio lado, maliciosamente.

- Ya veo... Entonces, querida... Vas a tener toda la atención que no te di en su día.

Sus labios se acercan a mi cuello con lentitud, para luego comenzar a besarlo de la manera más exquisita posible. Su lengua roza mi piel mientras sus manos comienzan a subir mi vestido, hasta dejarme expuesta. Su mano izquierda se abre paso hasta llegar a mi feminidad. Siento, en cuestión de segundos, el contacto de sus dedos fríos con mi punto de placer, provocando que un gemido se escape de mis labios.

Clavo las uñas en el brazo libre de Aemond, buscando un punto de apoyo. Él lo nota y me pega contra la puerta, estaba claro que su intención era que todos se enterasen de quién era. Los dedos de Aemond comienzan a moverse lentamente, en círculos, dejándome sentir un placer inexpresable.

Mi zona íntima estaba más sensible de lo normal, no sé si por lo sucedido por lo de hoy o porque deseaba que me hiciese suya, pero sabía con seguridad que no iba a tardar en correrme.

Los dedos de Aemond que se mueven en círculos se detienen para luego introducirse en mi interior. Estos entran y salen de mí. Mis uñas se aferran con fuerza a sus brazos, intentando manejar todo el placer que me producía. Sus dedos vuelven a salir para centrarse de nuevo en mi punto de placer.

Siento como una ola abrumadora y llena de placer recorre mi cuerpo, dejándome soltar mi fuerte gemido al mismo tiempo que clavo mis uñas aún más en sus brazos.

- ¿Tan caliente estabas que te corriste ya? – Me pregunta Aemond con una sonrisa satisfecha y lleno de superioridad.

- Cállate... Es tu culpa... - Digo apoyando todo mi cuerpo contra la pared, intentando descansar.

- ¿Mi culpa?

- Cada palabra que sale por tu boca, cada gesto, cada movimiento tuyo... Me enciende por completo ahora mismo.

Until the End | Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora