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No estaba. Por ninguna parte. No en su cuarto, ni en el baño, ni en el cuarto de su hermano. Simplemente no estaba.

Junto con Nieve; Jungkook y Jimin buscaban desesperados por las calles de su casa a su hija. De algún modo u otro tenía que aparecer, no se podía haber esfumado así de la nada. No habían mensajes ni notas que les dijeran que estaba bien. Habían llamado a taehyung, a sus amigas, a sus tíos y ninguno de ellos sabía donde se encontraba Yulia.

Jimin revisaba una y otra vez el chat viendo si en cualquier momento se le ocurría enviar un mensaje diciendo q ir estaba bien y que fue a algún lugar. Pero nada. Intento muchas veces llamarla, pero el teléfono parecía apagado.

Jk: ¡Yulia! -gritaba con nieve delante- ¡Yulia!

Jm: ¿dónde estás? ¿Dónde estás? -murmuraba una y otra vez viendo a su alrededor.

En la cera por donde iban nieve encontró algo. Se detuvieron y miraron al suelo. En este había una pulsera de plata falsa. Era la que le habían regalado en sus quince años. La tenían todos ellos, hasta MinHyuk.

Jk: es de lia. -la tomó en sus manos- se le habrá caído...¿haciendo que? -se cuestionó.

Jm: quizás la...-cubrió su boca al asimilar lo ocurrido- se la llevaron. Jungkook, secuestraron a lia. -y todo se volvió a derrumbar de nuevo.

Con la pulsera en manos; el mayor rompió a llorar al saber que había perdió a su otra hija.

Jk: maldición. -gruñó.

No tuvieron de otra más que regresar a casa.

Habían secuestrado a yulia también y...¿ahora que? No podían ir donde Tzuyu pues era muy tarde. Eran ya casi las 8 de la noche. Ella debería de estar ya en su casa.

Apenas y entraron a la casa, Jimin se fue a la su habitación de nuevo a encerrarse a llorar. Otra vez. Le dolía, le habían arrebatado a sus hijos. ¿Por que la gente hacía eso? Primero su hermano quitándole el trabajo a su esposo y metiéndole a su casa e intentando chocarlo y...mierda.

Jm: Jung-Soo...-susurró. Asimilo todo. Su cabeza empezó a dar vueltas. Recordó todo lo ocurrido y pronto su sangre hirvió- maldito...

Jk: Jimin. -Jungkook entró en la habitación viendo a su esposo de espaldas y llorando. Oh, cuanto odiaba verlo y escucharlo llorar. Le partía el alma- sé que te sientes mal y destrozado, pero...mañana podemos ir donde Tzuyu o si quieres podemos ir a su casa y...-se dio cuenta de que el mayor no le estaba escuchando en lo absoluto. Se extrañó y acercándose a él le miró- ¿estás bien? Jimin- -sus palabras quedaron cortas cuando vieron el rostro pasmado del pelinegro y sus ojos mirando a un punto fijo, pero lo que más le extrañó era la manera en la que apretaba sus manitas- Jimin, ¿que te pasa?

Jm: es un maldito. -murmuró- no importase cuantas veces abogue o intente comprenderle, siempre va a salir con una de sus mierdas, porque no con comprensión ni atención él puede entender. -soltó todo. Sus uñas se enterraban en sus palmas, pero eso era lo de menos.

Jk: ¿de que hablas? -cuestionó sentándose a su lado. Jimin finalmente volteó a verle.

Jm: hablo de mi hermano. De Jung-Soo. -respondió.

Jk: ok, ¿que tiene que ver él en todo esto? Amor, mira. Te estaba diciendo a cerca de buscar a min y a lia-

Jm: tiene que ver y mucho. -le interrumpió- Jungkook, asimila. Jung-Soo te sacó de tu trabajo, se metió a nuestra casa, intento chocarme...¿que más te falta para entender? -sus manos temblaban y pronto vio las pupilas del menor dilatarse.

Era la furia entrando en él. Era furia recorriendo sus venas. ¿Como pudo ser tan idiota? Él supo desde un inicio que él y Jung-Soo nunca se llevarían bien. No le cayó bien el día que lisa le confesó todo o él lo averiguó por si mismo. No le cayó bien el día del accidente en el cual quería, literalmente, matarlo por lo que había hecho hacía él y hacía su hermano. SU PROPIO HERMANO. Al parecer para Park Jung-Soo le valía muy poco si era su hermano, su sobrino o su hija a quien le hacía daño. Le valía muy poco.

Un Nuevo regalo Inesperado (completa) ~•kookmin•~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora