Un Nuevo regalo Inesperado (completa) ~•kookmin•~

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Un día después

Sentada en la silla de su escritorio una castaña se encontraba revisando unos cuantos correos que había recibido hace varias semanas y que se había negado en abrir. Tenía mucho trabajo y con la desaparición de los hermanos Jeon, sus vacaciones planeadas se habían arruinado, pero no los culpaba. Era su trabajo.

Bostezó. No había dormido bien pensando en donde podrían estar aquellos muchachos. Era un tanto estresante y más sin poder comunicarse con su amigo, pues al parecer éste la estaba pasando muy mal.

Su puerta fue abierta y una pelinegra de cabello corto se dejó ver. Jihyo tenía una carpeta en manos y se la estregó a la castaña con suma rapidez.

Tz: ¿que esto? -preguntó mirando la carpeta en su escritorio. Iba a tomarla y abrirla, pero Jihyo le interrumpió su movimiento.

Jh: antes de que lo haga me gustaría decirle que ya todo está preparado para lo que vaya a decir a continuación. -Tzuyu se extrañó por lo dicho, pero no dijo nada.

Con una mirada extrañada tomó la carpeta y la abrió lentamente y al final visualizo que esta se encontraba una especie de informe de parte de un tal oficial Jung. Leyó atentamente lo que debía en él y pronto miró a su compañera.

Tz: esto quiere decir que...

Jh: así es. -asintió sonriente- Yulia y MinHyuk han sido encontrados. -Tzuyu no aguanto más y empezó a tomar sus cosas.

Tz: rápido. Diles que vayan de camino. -saludó de detrás del escritorio.

Jh: ya andan de camino. Si quiere les seguimos detrás. -la castaña asintió y pronto salieron de la oficina de camino al carro estacionado en frente del edificio.

En el camino se encontraron con Chaeyoung. Esta les acompañó también.

Tz: ¿Les avisaron a los papás? -cuestionó ya en marcha.

Jh: no.

Tz: ¿que esperan? -miro a la rubia que iba de copiloto- Chae, avísales a Jimin y a Jungkook que encontramos a sus hijos. ¡Ya! -la rubia asintió.

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El silencio reinaba en esa casa. Madre e hija parecían tener una disputa entre ellas, una en total silencio. No había ganador o perdedor, solo el que hable primero. Cosa que no haría ninguna.

Yeji se levantó de su asiento al terminar su cena ignorando la mirada de su madre fija en ella. Camino por el pasillo hasta llegar a su habitación y se dejó caer en la cama mirando al techo.

No tenía más nada que hacer, así que dejaba que el tiempo pasara lentamente sin preocupaciones. Aunque no haya dejado de pensar en su mejor amiga y en cómo estaría, pues no había recibido información de ella después de enterarse de su desaparición. No había hablado con Jisoo hace días y esta no había preguntado por ella, así que...se la pasaba sobre pensando mucho. La psicóloga le había dicho que eso estaba mal y que lo tenía que evitar, pues le podía hacer daño, pero no podía evitarlo, pues lo hacía constantemente.

Su puerta fue tocada levemente, pero no respondió. No tenía que preguntar.

Rj: ¿podemos hablar? -cuestionó detrás de la madera- sé que no te encuentras bien, pero estando sola lo único que haces es que todo sea peor para ti. -Yeji suspiro. Muchas de estas veces la ignoraba y esperaba a que su madre la alejara de su habitación, pero ya su madre no estaba. Solo permaneció en silencio- sabes que si quieres hablar...siempre me tendrás aquí. -su voz se fue apagando- sabes que te quiero mucho. -no pudo evitarlo, sus ojos empezaron a lagrimear.