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La noche era fría y lo podía sentir en sus manos que estaban congeladas por la brisa que entraba por su ventana. Los demás se habían ido a sus respectivos hogares y su pequeño hermano se encontraba dormitando serenamente al otro lado de la cama. Por precaución y miedo de dormir sola y despertar en ese lugar horrible en el cual estuvo por días; Yulia había pedido que su hermanito durmiera con ella. Era una manera de mantenerse tranquila.

Se había dado un baño y todo, pero eso no quitaba la preocupación carcomiendo sus entrañas. Yeji había salido corriendo de su casa sin darle oportunidad si quiera de decirle hola y todo por lo que Jisoo dijo. No le echaba la culpa, solo no se lo esperaba. Jamás pensó que sus madres se separarían.

Soltó un suspiro e intento recostarse en la cama, pero aún así no lograba conciliar el sueño.

Los gritos de Sojin aún seguían en su cabeza, al igual que los llantos de su hermano y la voz gruesa de su padre gritándoles. Quiso saber acerca de Sojin, pero no la dejaron ni si quiera acercarse al cuerpo. La intriga le estaba matando. No quería que esa chica que intento ayudarle y le otorgó apoyo; muriera. Sería difícil de asimilar. Era tan buena chica.

A lo lejos escuchó unos pasos y su puerta fue abierta con cuidado dejando ver la figura de su papá. Solo lo miro y sonrío levemente.

Jm: ¿por qué aún no duermes? -se acercó a ella.

Yl: no tengo sueño. -simplemente murmuró dejando que su voz ronca llegara a los oídos de su papá.

Jm: ¿pasa algo? -acarició su frente.

Yl: solo... -pasó saliva- no paro de pensar en Sojin.

Jm: ¿quien es Sojin?

Yl: es la chica que estaba conmigo en esa cabaña. -se sentó en la cama- ademas de nosotros, ellos tenían a esa chica. Sufría mucho. -el pelinegro se sentó a su lado- la veía llorar por las noches sin que se diera cuenta y muchas veces me dijo lo mal que la pasaba allí. -su mirada iba directo al suelo intentando aclarar sus pensamientos.

Quizás estaba bien, o quizás no. Por eso no podía dormir. Esa interrogante no se iba para nada del mundo.

Jm: quieres verla. -mas que pregunta sonó a afirmación. Yulia asintió- voy a ver si podemos averiguar en qué hospital está. Así la puedes ver, ¿vale? -sonrío un poco. Su hija volvió a asentir. Se notaban las pocas ganas que tenía encima- lia, no te quiero ver así. Por favor, sonríe aunque sea un poco.

Yl: no puedo...simplemente me apena no haber podido hacer nada. -intento no llorar.

Jm: aunque quisiera no hubieras podido. Recuerda que estabas secuestrada. Ambas. -la rodeo con sus brazos- ahora que tu padre está enfrentando cargos, no se volverá a acercar a ti y quizás esa chica y tú puedan hacerse amigas cuando se vuelvan a ver. Sin ningún peligro que correr de parte de tu padre.

Yl: él no es mi padre. -musitó con enojo en su voz.

Jimin se limitó a besar su cabeza y transmitirle un poco de calor y amor. Era su deber como su papá.

Puede que le doliera un poco lo de su hermano, pero era muy poco lo que le dolía.

Jm: tienes que dormir. -musitó en susurros.

Yl: duerman conmigo. Por favor. -pidió como niña chiquita. El plinegro rio con dulzura. Extrañó tanto la voz de su pequeña que con cualquier cosa que esta dijera le hacía querer sonreír.

Su primera hija. No biológica, pero si su hija.

Jm: está bien. -la soltó y Yulia se acomodó mejor en su cama abrazando a su hermano.

Un Nuevo regalo Inesperado (completa) ~•kookmin•~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora